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PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO OCHENTA Y SEIS

Para tener contexto, recordemos que en el capítulo 85 Enoc nos habló de un sueño que tuvo, a través del cual vio representados en toros, a Adam, a Eva, a Caín y a Abel y de último a Set y a toda su descendencia. Adam y Set eran toros blancos. Abel era un toro rojo. Caín era un toro negro. Y Eva era novilla, pero no tenía color. El color blanco representa la línea de Dios y en cambio, el negro, no. Eva, la novilla sin color, parió después de Set a numerosos toros y vacas negros, ninguno blanco. El primer toro (Caín), era negro. El segundo toro (Abel) era rojo. Pero el tercer toro (Set) era blanco, porque se correspondía con la línea de Dios.   En medio de lo que nos presenta el capítulo 85, Enoc continúa contando su sueño.  Nos dice que una estrella bajó del cielo. Esta estrella es un ángel o varios de ellos. Recordemos que el dragón fue expulsado del cielo y enviado a la tierra. Como dijo el Señor: Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo . Lucas 10:...

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO OCHENTA Y CINCO.

En este interesante capítulo, Enoc nos muestra un segundo sueño. Por el relato podemos entender, que Dios le mostró lo que había sucedido con Adam, Eva, Caín y Abel. El primer toro blanco es Adam, la novilla es Eva, el ternero negro es Caín y el ternero rojo es Abel. Adam sale de la tierra, porque de ella fue formado. El ternero negro golpeó al rojo, así como Caín golpeó a Abel y le mató. Enoc no pudo ver más al ternero rojo, porque había sido asesinado. Son interesantes los colores acá presentados. El blanco representa a Dios. Así encontramos que Adam vino de Dios. El negro representa la maldad de Caín, ya que él era hijo de un ángel caído.  El rojo quizá represente el color de la tierra, queriendo decir que Abel no era de la línea santa, pero tampoco del maligno. Ni Caín, ni Abel, son blancos porque no pertenecen a la línea de Dios. Es notorio que la novilla que es Eva, no tiene color. Luego Enoc ve numerosos bueyes “semejantes a Caín” que le seguían. Es su descendencia, ...

PRIMER LIBRO DE ENOC CAPÍTULO OCHENTA Y CUATRO

En este hermoso capítulo Enoc reacciona atemorizado después de haber contado su visión, la cual mostramos en el capítulo previo. Enoc suplica a Dios para que no corte a sus hijos, y les de vida y considere que aunque la carne es la causa de su ira, su misericordia puede hacer que quede salvación sobre la tierra. Escuchemos a Enoc Capítulo 84 Levanté mis manos en justicia y bendije al Santo y al grande, y hablé con el aliento de mi boca y con la lengua de carne, que Dios ha hecho para los hijos de carne del hombre, para que la utilicen al hablar, y les ha dado un aliento, una lengua y una boca para que hablen con ellas. Bendito seas, oh Señor, Rey grande y poderoso en tu grandeza, Rey de reyes, Señor de todo el universo. Tu poder, reinado y grandeza permanecen para siempre; tu dominio por todas las generaciones; los cielos son tu trono eterno, y la tierra el escabel de tus pies por los siglos de los siglos. Porque eres tú quien ha creado y quien gobierna todas las cosas, no h...

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO OCHENTA Y TRES

Acá Enoc le cuenta a Matusalén una grande visión que, en algún momento, tuvo. Esa visión la cual leeremos seguidamente, parece en su narrativa llena de simbología, corresponder al tiempo cuando el ejército del abismo se desordena, y golpea a la tierra durante 5 meses, con 200 millones de piedras. Esto, que lo anunció Joel 2 e Isaías 13, fue confirmado por el Señor y recogido por Mateo (24) y Marcos (13).  Es el tiempo del caos cósmico.   Escuchemos a Enoc Ahora, Matusalén, hijo mío, te manifestaré todas las visiones que he tenido y las recapitularé ante ti. Tuve dos visiones antes de casarme, la una bastante diferente de la otra: la primera cuando aprendía a escribir y la segunda antes de tomar a tu madre. Tuve una visión terrible y al observarla oré al Señor. Yo estaba acostado en la casa de mi abuelo Mahalalel, y vi en una visión cómo el cielo colapsaba, se soltaba y caía sobre la tierra. Cuando cayó sobre la tierra, vi la tierra devorada por un gran abismo, montañas s...

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO OCHENTA Y DOS

  En este extenso capítulo, se nos presenta a Enoc hablándole a su hijo Matusalén,  acerca de los libros que él preparó para la humanidad. Le exhorta a que enseñe acerca de ellos a todos sus hijos, y a toda su descendencia.  Acá Enoc enfoca su enseñanza en las luminarias y los ángeles que gobiernen sus movimientos, y el efecto que esto produce sobre la tierra.  Escuchemos a Enoc Hijo mío, Matusalén, ahora te estoy contando y escribiendo todas estas cosas; te he manifestado todo, y te he dado los libros concernientes a ellas; preserva hijo mío, Matusalén, el libro de la mano de tu padre, y entrégalo a las generaciones del mundo. Te he dado sabiduría a ti y a tus hijos, para que ellos la entreguen a sus hijos por generaciones, sabiduría que está por encima de sus pensamientos. Aquellos que la comprendan no dormirán, sino que prestarán oído para que puedan aprender esta sabiduría, y a quienes la coman, ella le gustará más que un alimento exquisito. Dichosos todos ...

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO OCHENTA Y UNO

En esta porción, hallamos a Enoc a quien se le anuncia que ha de regresar con su familia, con su hijo Matusalén, para que enseñe acerca de todo cuanto ha sido testigo. Pero, antes de eso, se le muestra un libro en el cual están escritos los nombres, de todos los seres que han de nacer sobre la tierra. A estos libros se les llaman tablillas, quizá porque fueron escritos sobre tablas de arcilla, como las de Moisés. Allí aparecen las acciones de toda la humanidad, buenas y malas y, como veremos, éstas definirán al hombre mismo y su naturaleza, así como el lugar adonde irá al final de todo. Porque hay quien muere en justicia, y sobre quien no se ha escrito un libro de injusticias. Peri hay un lamento tácito, sobre quien siendo juzgado, tenga en su contra un libro escrito acerca de sus injusticias. Entonces Enoc fue llevado por siete santos (ángeles) hasta la puerta de su casa, y se le dijo que estaría allí por espacio de un año, y que luego sería nuevamente trasladado a los cielos....

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO OCHENTA.

  En este momento está a punto de terminar el gran viaje de Enoc, y el tiempo de su aprendizaje está finalizando. Enoc conoció todo lo que otro ser humano desconoce, y a él se le dio la virtud de aprenderlo. Con la visita a los astros, culminó todo aprendizaje y Enoc se preparará para regresar a la tierra, para contar todo a sus hijos, y a los hijos de los hombres. En este capítulo 80, se pone final a todas las cosas que Enoc debía aprender, pero se le informa, lo que será después que los hijos de los hombres comiencen a repoblar la tierra, después del diluvio. Recordemos que Enoc es prediluviano, pero en sus días de aprendizaje es muy probable que el diluvio estuviese ocurriendo, o a punto de suceder.   Los días de lo pecadores, que leeremos en este capítulo 80, se refiere al linaje que no se originó en Dios a través de Adán, sino que viene por la obra de los ángeles caídos y, ellos,   son pecadores por naturaleza. Acá, en este capítulo, veremos los planes que Di...

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA Y NUEVE

Con este sencillo capítulo finaliza el viaje esplendoroso, al que ha sido llevado Enoc por el arcángel Uriel, uno de los santos ángeles que acompañan a Dios, y hacen su obra en santa obediencia y disciplina. Hemos sido testigos de cómo Dios dispuso las leyes de los grandes astros, especialmente el sol y la luna, creados para determinar el día y la noche en el planeta tierra. Uriel le mostró a Enoc como son determinadas las leyes de las estaciones, como consecuencia del movimiento de los grandes astros, los cuales salen y entran por diferentes puertas en el cosmos, seis puertas en el oriente y seis en el occidente. También Uriel le mostró a Enoc, como la luna pierde luz a medida que se mueve en el transcurso de un mes, y que cada mes esto se repite invariablemente.   Asimismo la luna vuelve a recuperar su brillo. Interesante es también, que la pérdida de luminosidad es calibrada. Así pues concluye Uriel este transitar cósmico, con Enoc. Escuchemos: Hijo mío: ya te he ens...

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA Y OCHO.

  En este capítulo 78, parece que Enoc está hablando con su hijo Matusalén, y está haciendo un resumen conclusivo. Dice que cada estrella tiene mandamiento, así como nos lo ha mostrado con el sol y la luna, en los capítulos previos. Dice que el mandamiento sobre cada astro se cumple invariablemente, y nunca deja de ser, no importa lo que está sucediendo en el cosmos. El mandamiento nunca es interrumpido, o cancelado. La disminución de la luna se refiere a la perdida de luminosidad, que da lugar a las fases que conocemos. Dice que la luna pierde luz en la sexta puerta. El ciclo lunar dura 28 días, con 4 fases de 7 días cada una, y sub fases que quedan incluidas en las anteriores. El mes inicia en cada luna nueva. Según Enoc, el sol hace un giro cada día alrededor de la tierra, al igual que la luna. No obstante, el tiempo de viaje de la luna es inferior al del sol. A lo largo de 1 año y medio, la suma del faltante alcanza 5 días. Escuchemos a Enoc. Y ahora, hijo mío Matus...

PRMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA Y SIETE

  Enoc está finalizando su recorrido y, culminando su aprendizaje acerca de las luminarias, y del movimiento de estos astros. Nos explica Enoc porque llevan nombre los puntos cardinales. Igualmente nos dice Enoc que el Paraíso de Justicia está en la tierra. También nos cuenta sobre los tres grandes siete. Escuchemos a Enoc. Al oriente lo llaman este, porque es el primero; al sur lo llaman mediodía porque allí habita el Grande y en Él reside el Bendito por siempre. Al gran punto cardinal lo llaman poniente porque allí van las estrellas del cielo, por allí se ponen y por allí se ocultan, por eso lo llaman poniente. Al norte lo llaman así, porque en él se esconden, se reúnen y se vuelven todos los astros del cielo, y se dirigen hacia el oriente de los cielos. Al oriente lo llaman levante, porque desde allí se alzan los cuerpos celestes, y desde allí se levantan. Vi tres secciones de la tierra: una para que en ella habiten los hijos de los hombres, otra para todos los m...

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA Y SEIS

  PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA Y SEIS. En esta porción Enoc nos muestra el efecto de los vientos, sobre las circunstancias que ocurren en este mundo. Dice Enoc que en el cosmos hay doce puertas, por cada una de las cuales entran vientos. Estos vientos tienen la propiedad de causar el bien o el mal. Ocho de las doce puertas dejan entrar vientos de mal, por lo que solo cuatro de las doce, vientos de bien. Según lo que nos muestra Enoc, en el cosmos hay puntos cardinales y las puertas están orientadas de acuerdo a ellos. Sabemos que los vientos son espíritus o viceversa, por lo que asumimos que acá se podría hacer referencia a uno o a lo otro, cuando se menciona al viento. Estos, como dijimos, pueden hacer bien o mal. Dice que cuatro de los vientos (o espíritus) son para la curación de la tierra y nos dice que ellos trae; la lluvia, los frutos, la reanimación, el bienestar, la prosperidad y el rocío. En cambio, por las puertas de daño salen: la destrucción, la sequ...

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA Y CINCO

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Continúa Enoc la explicación del funcionamiento del cosmos. y las grandes luminarias. Acá se nos muestra cómo funciona la radiación solar, y la presencia de puertas en el cosmos que dan entrada a los rayos solares. Escuchemos a Enoc. Capítulo 75 Los jefes de las cabezas de mil que están encargados de toda la creación, y de todas las estrellas, tienen qué hacer con los cuatro días intercalados, siendo inseparables de su obra de acuerdo con el cómputo del año, tienen que prestar servicio durante cuatro días que no son contabilizados. Por esta causa los hombres se equivocan, pues estas luminarias prestan servicio exactamente a las estaciones del mundo, una por la primera puerta , otra por la tercera, otra por la cuarta y otra por la sexta puerta y la armonía del mundo se cumple en trescientos sesenta y cuatro estaciones. Porque los signos, los tiempos, los años y los días me los mostró Uriel, el Vigilante a quien el Señor de gloria ha encargado de todas las luminarias del cielo ...

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA Y CUATRO, SEGUNDA PARTE

En esta segunda parte de este capítulo, Enoc nos da cuenta de la perfección en el cumplimiento del sol y de la luna en su camino, y que sus nacientes y ponientes, se cumplen sin variación alguna. Según lo que nos presenta Enoc, el sol tiene un excedente de 6 días cada año, en tanto que la luna no. Parece esto indicar, que el camino de la luna es exacto, no obstante que el del sol presenta un excedente. También nos da el dato, de que la luna no sigue al mismo ritmo del sol, sino que va experimentando cierto retraso. Como Enoc nos dice que el sol completa el año en 364 días, y que en ese año presenta un excedente de 6 días, su recorrido debía ser completado en 358 días. Luego nos dice que la luna en 3 años cumple 1062 días; lo cual presenta que el recorrido la luna, cada año, lo completa en 354 días. Esto podría significar, que el recorrido de la luna implica meses de 29,5 días, y no 30, como los del sol. Entonces, si la luna debe cumplir meses de 30 días, tendrá un déficit de ...

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULOS SETENTA Y TRES Y PARTE DEL SETENTA Y CUATRO.

    Interesante capítulo, que habla de la luna. Nos dice que la luminaria pequeña tiene su propia ley, aunque luego nos da a entender, que esta ley está interconectada con la ley del sol. Nos dice que es redonda como lo es el cielo y que, al igual que el sol, viaja en carro. Luego se nos dice que a diferencia del sol, el cual tiene luz plena todo su tiempo, ella recibe la luz en forma porcionada. Cuando la luna está llena al 100%, su brillo e intensidad es equivalente a la séptima parte de la del sol. La jornada de la luna es, en duración, igual a la del sol; es decir, que ocupa dieciocho intervalos. El sol nace y se pone invariablemente, pero la luna recibe ciertas modificaciones. Del sol se nos dijo en el capítulo 72, que tiene su nacimiento en las puertas orientales del cielo y, su puesta en las puertas occidentales del cielo. Ella nace también en los lados del oriente, solo que lo hace en el trigésimo día. Ambos nacen por la misma puerta, solo que en horarios des...