PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO OCHENTA Y UNO
En esta porción, hallamos a Enoc a quien se le anuncia que ha de regresar con su familia, con su hijo Matusalén, para que enseñe acerca de todo cuanto ha sido testigo.
Pero, antes de eso, se le muestra un libro en el cual están escritos los nombres, de todos los seres que han de nacer sobre la tierra. A estos libros se les llaman tablillas, quizá porque fueron escritos sobre tablas de arcilla, como las de Moisés.
Allí aparecen las acciones de toda la humanidad, buenas y malas y, como veremos, éstas definirán al hombre mismo y su naturaleza, así como el lugar adonde irá al final de todo.
Porque hay quien muere en justicia, y sobre quien no se ha escrito un libro de injusticias. Peri hay un lamento tácito, sobre quien siendo juzgado, tenga en su contra un libro escrito acerca de sus injusticias.
Entonces Enoc fue llevado por siete santos (ángeles) hasta la puerta de su casa, y se le dijo que estaría allí por espacio de un año, y que luego sería nuevamente trasladado a los cielos.
A Enoc se le anuncia, que los pecadores serán llevados al lugar de castigo, en tanto que los santos serán rescatados, precisamente por la obra de los perversos sobre ellos.
Escuchemos a Enoc
Capítulo 81
Me dijo: "Mira Enoc estas tablillas celestiales, lee lo que está escrito allí, y señala cada dato". Miré las tablillas celestiales y leí todo lo que estaba escrito y lo comprendí todo; leí el libro de todas las acciones de la humanidad, y de todos los hijos de la carne que están sobre la tierra, hasta las generaciones remotas.
En seguida bendije al gran Señor, Rey de Gloria, por la eternidad, porque ha hecho todas las criaturas del universo, y alabé al Señor por su paciencia y le bendije por los hijos de Adán.
Entonces dije: Bienaventurado el hombre que muera en justicia y bondad, y contra el cual no se haya escrito un libro de injusticias, ni se encuentre uno el día del juicio .
Esos siete santos me llevaron, y me colocaron sobre la tierra frente al portón de mi casa, y me dijeron: "Da a conocer todo a Matusalén, tu hijo; enseña a todos sus hijos que ningún ser de carne es justo ante el Señor, porque Él es su Creador.
"Te dejaremos un año al lado de tu hijo, hasta que des tus instrucciones, para que enseñes a tus hijos. Deberás escribir para ellos lo que has visto, y lo testifiques a todos tus hijos; luego, en el segundo año se te separará de ellos.
"Que tu corazón sea fuerte, porque los buenos anunciarán la justicia a los buenos, los justos con los justos se alegrarán, y se felicitarán el uno al otro. "En cambio el pecador morirá con el pecador, y el apóstata se hundirá con el apóstata.
"Los que practican la justicia morirán por obra de los hombres, y serán llevados a causa de las acciones de los malvados".
En esos días terminaron de hablarme, y yo regresé con mi gente, bendiciendo al Señor del universo.
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