PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULOS 107 Y 108
El capítulo 107 es practicamente una continuación del 106 y, al mismo tiempo, su final. Anuncia Enoc que la generación que saldrá de los hijos de Noé, hará lo malo en este mundo. Esto será hasta que aparezca la generación de los justos, y se instale sobre la tierra.
El capítulo 108 es el final de todo el primer libro de Enoc, y nos cuenta lo que sucederá con la generación de los malignos. Nos cuenta del tormento al que serán sometidos eternamente, por no haber amado a Dios, no haber bendecido Su Nombre, y por haber alterado lo que estaba escrito.
Igualmente, nos enseña lo que ha de suceder con la generación de quienes menospreciaron al mundo y sus propuestas. Los que amaron más a Dios que a sí mismos.
Leamos a Enoc
Capítulo 107
Yo vi escrito en ellas que generación tras generación obrará el mal
de este modo, y habrá maldad hasta que se levanten generaciones de
justicia, la impiedad y la maldad terminen y la violencia desaparezca
de la tierra, y hasta que el bien venga a la tierra sobre ellos.
Ahora, ve Lamec, tú hijo, y dile que este niño es, de verdad y sin mentiras, su hijo.
Y cuando Matusalén hubo escuchado la palabra de su padre Enoc, que le había revelado todas las cosas secretas, él regresó y la hizo conocer.
Y le dio a este niño el nombre de Noé, pues él debía consolar la tierra de toda la destrucción.
Capítulo 108
Otro libro que escribió Enoc para su hijo Matusalén, y para aquellos
que vendrán después de él y guardarán la ley en los últimos días.
Vosotros habéis obrado bien, esperad estos días hasta que el final sea consumado para los que obran mal, y hasta que sea consumido el poder de los pecadores.
Esperad, porque verdaderamente el pecado pasará, y el nombre de los pecadores será borrado del libro de la vida y del libro de los santos; y su semilla será destruida para siempre, sus espíritus serán muertos, se lamentarán en un desierto caótico, y arderán en el fuego porque allí no habrá tierra.
Observé allí una nube que no se veía bien, porque a causa de su profundidad no podía mirar por encima.
Vi una llama de fuego ardiendo resplandecer, y como montañas brillantes que daban vueltas y se arrastraban de un lado para otro.
Le pregunté a uno de los ángeles santos que iba conmigo, y le dije: ¿Qué es se objeto brillante?" Porque no es el cielo sino solamente una llama brillante que arde, y un estruendo de gritos, llantos, lamentos y gran sufrimiento.
Me dijo: A este lugar que ves allí son arrojadas las almas de los pecadores, de los impíos, de los que obran mal y de todos aquellos que alteren lo que el Señor ha dicho por boca de los profetas, lo que será.
Porque algunas de estas cosas están escritas en libros y otras grabadas en lo alto del cielo, para que los ángeles y los santos las lean y sepan lo que ocurrirá a los pecadores y a los espíritus humildes, a quienes han afligido sus cuerpos y han sido recompensados por Dios y a quienes han sido ultrajados por los malvados.
A quienes han amado a Dios y no han amado el oro, ni la plata, ni ninguna de las riquezas de este mundo, y sus cuerpos han sido torturados.
A quienes después de existir no han deseado alimento terrestre, son mirados como una brisa que pasa y viven de acuerdo con ello, y el Señor ha probado sus almas y las ha encontrado puras para bendecir su nombre.
He expuesto en los libros toda su bendición: Él les ha recompensado, pues ha sido hallado que aman más al cielo que a este mundo, y mientras eran pisoteadas por los malvados y oían las ofensas y maldiciones y eran ultrajadas, ellas me bendecían.
Ahora apelaré a los espíritus de los buenos entre las generaciones de luz, y transformaré a quienes han nacido en tinieblas y no han recibido en su cuerpo honor y gloria, ni recompensa como convenía a su fe.
Exhibiré en una luz resplandeciente, a quienes han amado mi nombre santo y los haré sentar en un trono.
Brillarán por tiempos innumerables, pues el juicio de Dios es justo y, Él restaurará la fidelidad de los fieles, en la morada de los caminos de la verdad.
Ellos verán arrojar en las tinieblas a quienes han vivido en las tinieblas, mientras que los justos brillarán.
Los pecadores gritaran fuerte y los verán brillar a ellos, que verdaderamente saldrán los días y tiempos que están prescritos para ellos.
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