PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA Y CUATRO, SEGUNDA PARTE

En esta segunda parte de este capítulo, Enoc nos da cuenta de la perfección en el cumplimiento del sol y de la luna en su camino, y que sus nacientes y ponientes, se cumplen sin variación alguna.

Según lo que nos presenta Enoc, el sol tiene un excedente de 6 días cada año, en tanto que la luna no. Parece esto indicar, que el camino de la luna es exacto, no obstante que el del sol presenta un excedente.

También nos da el dato, de que la luna no sigue al mismo ritmo del sol, sino que va experimentando cierto retraso.

Como Enoc nos dice que el sol completa el año en 364 días, y que en ese año presenta un excedente de 6 días, su recorrido debía ser completado en 358 días.

Luego nos dice que la luna en 3 años cumple 1062 días; lo cual presenta que el recorrido la luna, cada año, lo completa en 354 días.

Esto podría significar, que el recorrido de la luna implica meses de 29,5 días, y no 30, como los del sol. Entonces, si la luna debe cumplir meses de 30 días, tendrá un déficit de 0,5 días por mes. Al extenderlo a un año, es decir, 12 meses, tendríamos un faltante de 6 días.

En consecuencia, lo que podría estar ocurriendo es que lo que se computa como un excedente del sol, es más bien un faltante de la luna. Por ello, cada 5 años la luna acumula un déficit de 1 mes; es decir, 30 días.

Para compensar esto y alcanzar la sincronía, cada 5 años debería haber habido un año de 13 meses.

Escuchemos a Enoc

Así he visto su posición, cómo la luna sale y el sol se pone durante esos días.

Si añadimos cinco años, el sol tiene un excedente de treinta días, y todos los días que suma uno de estos cinco años al completarse, son trescientos sesenta y cuatro días.

El excedente del sol y las estrellas, llega a seis días. En cinco años, de a seis días por año, son treinta días y a la luna le faltan treinta días, con respecto al sol y las estrellas.

El sol y las estrellas llevan completo el año exactamente, tanto que ellos no adelantan ni retroceden su posición ni un sólo día, por toda la eternidad. Y completan los años con perfecta justicia, cada trescientos sesenta y cuatro días.

En tres años hay mil noventa y dos días, en cinco años, mil ochocientos veinte días y en ocho años dos mil novecientos doce días.

Pero para la luna sola, sus días en tres años llegan a mil sesenta y dos, y a los cinco años le faltan cincuenta días.

Ella tiene en cinco años mil setecientos setenta días y, así hay para la luna durante ocho años, dos mil ochocientos treinta y dos días.

A los ocho años le faltan ochenta días.

El año se cumple regularmente según las estaciones del mundo, y la posición del sol, que sale por las puertas por las cuales nace y se oculta durante treinta días.

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