PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SIETE. LOS GIGANTES

 PRIMER LIBRO DE ENOC. LA PERTINENCIA.

CAPÍTULO SIETE

Este capítulo nos muestra la consumación del pacto hecho por los ángeles, en cuanto a allegarse a las mujeres de la tierra. Enoc también nos da algunos detalles adicionales, y muy interesantes. Nos dice que los hijos nacidos del coito con las mujeres fueron gigantes y que, éstos, medían 3000 codos de altura.

Un codo es la distancia que hay desde el codo hasta el inicio de la mano y que, dependiendo de la altura de la persona, lo cual también es función de su raza, tendría una longitud de unos 45 centímetros. Esto significa que tales gigantes medirían alrededor de entre 1300 y 1500 metros.

¡Realmente eran muy grandes!

Sobre las consecuencias de esta acción, hablaremos seguidamente. En realidad la porción que escucharemos seguidamente habla por sí misma.

Las acciones de los gigantes sobre la tierra, determinaron la decisión de Dios  de traer el diluvio. Sobre esto hablaremos en capítulos posteriores.

Escuchemos esta porción.

Capítulo 7

Todos, y sus jefes también, tomaron para sí mujeres y cada uno escogió entre todas y comenzaron a entrar en ellas y a contaminarse con ellas, a enseñarles la brujería, la magia y el corte de raíces y a enseñarles sobre las plantas. Quedaron embarazadas de ellos y parieron gigantes de unos tres mil codos de altura que nacieron sobre la tierra y conforme a su niñez crecieron; y devoraban el trabajo de todos los hijos de los hombres hasta que los humanos ya no lograban abastecerles.

Entonces, los gigantes se volvieron contra los humanos para matarlos y devorarlos; y empezaron a pecar contra todos los pájaros del cielo y contra todas las bestias de la tierra, contra los reptiles y contra los peces del mar y se devoraban los unos la carne de los otros y bebían sangre.  Entonces la tierra acusó a los impíos por todo lo que se había hecho en ella.

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