PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO CIEN
Continúa hablando Enoc, acerca de lo que ocurrirá en el período de la gran tribulación. Y nos cuenta como las gentes entre los pecadores, se atacarán entre sí, provocando muerte y derramamiento de sangre.
Estos son los tiempos de la gran maldad, cuando los poderosos de la tierra se reunirán, para ejecutar sus planes en contra de los santos.
Y por ello Enoc anuncia más desgracias sobre ellos.
Escuchemos a Enoc:
En esos días, en un mismo lugar serán castigados juntos los padres y
sus hijos, y los hermanos uno con otro caerán en la muerte, hasta que
corra un río con su sangre.
Porque un hombre no podrá impedir a su mano, que asesine a su hijo, y
a su nieto. Ni el pecador podrá impedir a su mano, que asesine a su
querido hermano, desde el amanecer hasta que el sol se oculte, ellos
se degollarán entre sí.
El caballo avanzará hasta que su pecho se bañe en sangre, y el carro
hasta que su parte superior sea sumergida.
En esos días, los ángeles descenderán en un sitio escondido, reunirán
en solo lugar a todos los que han hecho llegar el pecado y, en ese día del juicio, el Más Alto se levantará para sentenciar el gran juicio en
medio de los pecadores.
Para todos los justos y los santos, Él designará Vigilantes de entre
los santos ángeles, Ellos les guardarán como a la niña de un ojo, hasta
que Él extermine toda maldad y todo pecado, y si los justos duermen un
sueño largo, no tendrán de qué preocuparse.
Entonces los hijos de la tierra observarán la sabiduría en seguridad ,
y entenderán todas las palabras de este libro, y reconocerán que la
riqueza no puede salvarlos, de la ruina de su pecado.
¡Desgracia para vosotros, si en el día de la terrible angustia
atormentáis a los justos, o los quemáis con fuego, pues seréis
compensados de acuerdo con vuestras obras!
¡Desgracia para vosotros duros de corazón, que veláis para planificar
la maldad, porque el terror se apoderará de vosotros y nadie os
ayudará!
¡Desgracia para vosotros pecadores por causa de las palabras de
vuestra bocas, y de las obras de vuestras manos, las cuales vuestra maldad
ha forjado; en unas llamas ardientes peores que el fuego, os
quemaréis!
Ahora, sabed que para Él, los ángeles del cielo investigarán
vuestras acciones, desde el sol, la luna y las estrellas en referencia
a vuestro pecado, porque sobre la tierra ya ejecutó el juicio sobre
los justos;
Pero Él añadirá como testimonio contra vosotros toda nube, neblina,
rocío o lluvia que estarán impedidos para descender sobre vosotros, y
pondrán atención a vuestros pecados.
¡Ahora dadle regalos a la lluvia, a ver si no se niega a descender
sobre vosotros! ¿Cuándo ha aceptado el rocío oro y plata, para
descender?.
Cuando caigan sobre vosotros la escarcha y la nieve con sus
escalofríos, y todas las tormentas de nieve con sus calamidades, en
esos días no podréis manteneros ante ellos.
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