LIBRO DE ENOC. Capítulo 98

 

Ahora juro ante vosotros, para los sabios y para los tontos, que tendréis extrañas experiencias sobre la tierra.

Porque vosotros los hombres os pondréis más adornos que una mujer, y más ropas de colores que una muchacha. En la realeza, en la grandeza y en poder; en la plata, en el oro y en el púrpura; en el esplendor y en los manjares, ellos serán derramados como agua.

Porque carecerán de conocimiento y sabiduría, y a causa de ello serán destruidos junto con sus propiedades, su gloria y su esplendor, con oprobio, mortandad y gran carestía, su espíritu será arrojado dentro de un horno ardiente.

Juro ante vosotros pecadores, que así como una montaña no se convierte en un esclavo, ni una colina se convierte en una sirvienta, así el pecado no ha sido enviado sobre la tierra, sino que el hombre lo ha cometido y cae bajo una gran maldición quien lo comete.

La esterilidad no ha sido dada a la mujer, sino que es por causa de la obra de sus manos, por la que muere sin hijos.

Os juro a vosotros pecadores por el Santo y el Grande, que todas vuestras malas acciones son manifiestas en los cielos, y que ninguno de vuestros actos de opresión está oculto o secreto.

No penséis en vuestro espíritu, ni digáis en vuestro corazón que no sabíais, o no veíais que todo pecador es inscrito diariamente en el cielo, ante la presencia del Más Alto.

Desde ahora sabéis que toda la opresión que ejercéis, es registrada día a día hasta el día del juicio.

¡Desgracia para vosotros insensatos, porque seréis perdidos por vuestra necedad! No escuchasteis a los sabios, y la buena suerte no será vuestra herencia.

Ahora sabéis que estáis preparados para el día de la destrucción, por eso no esperéis vivir vosotros, pecadores, sino apartarse y morir; porque vosotros no conoceréis redención, ya que estáis preparados para el día del gran juicio, día de la gran tribulación y de la gran vergüenza, para vuestros espíritus.

¡Desgracia para vosotros los de corazón espeso, que forjáis la maldad y coméis sangre! ¿De dónde coméis tanto y tan bueno, y bebéis y os hartáis, si no es de todos los bienes que el Señor, el Más Alto ha puesto sobre la tierra? Vosotros no tendréis paz.

¡Desgracia para vosotros que amáis la injusticia! ¿Por qué os prometisteis la felicidad?. Sabed que seréis librados a las manos de los justos que os cortarán la cabeza y os matarán, y no tendrán piedad de vosotros.

¡Desgracia para vosotros que os complacéis por la tribulación de los justos, porque ninguna tumba será excavada para vosotros!.

¡Desgracia para vosotros que tenéis en nada la palabra de los justos, porque no hay para vosotros esperanza de vida!

¡Desgracia para vosotros que escribís mentiras y palabras impías! Porque escriben sus mentiras para que la gente pueda escucharlas y hagan mal a su prójimo; por eso ellos no tendrán paz, sino que perecerán súbitamente

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