PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO 99
Prosigue Enoc con la declaración de desgracias a la descendencia desaprobada, la de la culebra, quienes desataron el gran mal sobre la tierra.
Escuchemos a Enoc:
¡Desgracia para vosotros que
actuáis con impiedad, alabáis la mentira y la ensalzáis: pereceréis y no habrá
vida feliz para vosotros!
¡Desgracia para quienes pervierten las palabras de verdad, trasgreden la ley
eterna y se convierten en lo que no eran: sobre la tierra serán pisoteados!
En esos días estad listos oh justos, para elevar vuestras oraciones y ponerlas
como testimonio ante los ángeles, para que ellos puedan recordar los pecados de
los pecadores, ante el Más Alto.
En esos días las naciones se agitarán, y las familias de los pueblos se
levantarán en el día de la destrucción.
En esos días los miserables saldrán, y llevarán a sus hijos y los abandonarán,
y sus hijos perecerán. Abandonarán hasta a sus niños de pecho. No volverán a
ellos y no tendrán compasión de sus seres queridos.
De nuevo os juro pecadores, que el pecado está maduro para el día del incesante
derramamiento de sangre.
Los que adoran la piedra, y los que fabrican imágenes de oro, plata, madera o
barro, y los que adoran espíritus impuros o demonios, y toda clase de ídolos,
sin discernimiento; a ellos ninguna ayuda les llegará.
Ellos caen en la impiedad por causa de la necedad de sus corazones, sus ojos
están enceguecidos al temor de sus corazones, y a la visión de sus sueños. Por
eso se vuelven impíos y temibles. Porque han forjado con toda su obra un engaño,
y han adorado la piedra. Perecerán en un instante.
En cambio, en esos días bienaventurados quienes acepten las palabras de
sabiduría y las entiendan, sigan los caminos del Más Alto, caminen por los
senderos de su justicia y no se conviertan a la impiedad con los impíos; porque
ellos serán salvados.
¡Desgracia para vosotros que difundís la maldad entre vuestro prójimo, porque
quedaréis muertos en la tumba!
¡Desgracia para vosotros, que usáis una medida de fraude y de trampa y que
provocáis la amargura sobre la tierra, porque por eso seréis consumidos!
¡Desgracia para vosotros, que edificáis vuestra casa gracias al trabajo de los
demás: todos los materiales de construcción son ladrillos y piedras de
injusticia, y os digo que no tendréis ni un momento de paz!
¡Desgracia para aquellos que rechazan la mesura, y la herencia eterna de sus
padres, y cuyas lamas siguen luego a los ídolos, porque ellos no tendrán
descanso!
¡Desgracia para aquellos que obran injusticia, colaboran con la opresión y
asesinan a su prójimo, hasta el día del gran juicio!.
Porque Él echará por tierra vuestra gloria, causará dolor en vuestros
corazones, suscitará su cólera y os destruirá a todos con la espada, y todos
los santos y los justos se acordarán de vuestros pecados.
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