PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SESENTA Y SEIS

En este cortísimo capítulo, Enoc nos muestra el momento cuando se da la instrucción para que los ángeles encargados de abrir los manantiales de las aguas, cumplan con esta misión.

Sabemos por lo que Enoc nos ha contado, que los ángeles de santidad tienen diferentes funciones y que las cumplen regularmente, sin fallar en ellas.

Este es el momento que Dios ha decidido acabar con la obra que había desarrollado, pero sin destruir a Noé y su familia, quién había alcanzado misericordia delante de Dios.

Los ángeles reciben la orden y cumplen con la misión.

 

Escuchemos a Enoc



Después me mostró los ángeles de castigo que estaban listos para venir y desatar la fuerza de las aguas que están debajo de la tierra.

 Y el Señor de los espíritu le mandó a los ángeles que iban saliendo, que no levantaran las aguas sino que las represaran, ya que estos ángeles estaban encargados de la potencia de las aguas.

Y yo me retiré de la presencia de Enoc.

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