PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SESENTA Y CINCO
Luego de los capítulos previos, cuando se puede apreciar cuál será el castigo en contra de los ángeles caídos y de su descendencia, y de cómo el Ungido, el Elegido de Dios, se sienta sobre su trono a gobernar, Enoc nos regresa, en este capítulo, al punto culminante de la maldad prediluviana y, de la razón por la cual el Señor Dios determinó acabar con aquella existencia.
Acá podemos apreciar con más detalle, los extraordinarios eventos previos al diluvio, y cómo afectaron estos a Noé e, inclusive, al mismo Enoc.
También se puede conocer la opinión de Dios y cuáles fueron las razones que le impulsaron a destruir aquel mundo con agua. Es posible igualmente saber porque Noé no pereció bajo las aguas.
En este capítulo, por primera vez en este libro, habla uno diferente a Enoc. Y es Noé, su nieto, quien le llama para saber lo que ocurre. En algunas oportunidades la narración es compartida entre Noé y Enoc
Escuchemos a Enoc
En esos días Noé vio que la tierra estaba amenazada de ruina y que su
destrucción era inminente; y partió de allí y fue hasta los extremos de la
tierra; le gritó fuerte a su abuelo Enoc y le dijo tres veces con voz amargada:
"¡Escúchame, escúchame, escúchame!"
Yo le dije: "Dime, ¿Qué es lo que está pasando sobre la tierra para que
sufra tan grave apuro y tiemble? Quizá yo pereceré con ella". Tras esto
hubo una gran sacudida sobre la tierra y luego una voz se hizo oír desde el
cielo y yo caí sobre mi rostro".
Y Enoc, mi abuelo vino, se mantuvo cerca de mí y me dijo: "¿Por qué me has
gritado con amargura y llanto?".
Después fue expedida un orden desde la presencia del Señor de los espíritus
sobre los que viven en la tierra, para que se cumpliera su ruina, porque todos
han conocido los misterios de los Vigilantes (ángeles), toda la violencia de
los Satánes, todos sus poderes secretos, el poder de los maleficios, el poder
de los hechiceros y el poder de quienes funden artículos de metal para toda la
tierra:
Cómo la plata se produce del polvo de la tierra, cómo el estaño se origina en
la tierra, pero el plomo y el bronce no
son producidos por la tierra como la primera, sino que una fuente los produce y
hay un ángel prominente permanece allí.
Luego, mi abuelo Enoc me tomó por la mano, me levantó y me dijo: "Vete,
porque le he preguntado al Señor de los espíritus sobre esta sacudida de la
tierra y Él me ha dicho: "Por causa de su injusticia se ha determinado su
juicio, y no será detenido por mí nunca, porque por las brujerías que ellos han
buscado y aprendido, la tierra y los que habitan en ella, serán
destruidos".
En cuanto a esos ángeles, no habrá lugar para su arrepentimiento, porque han
revelado lo que era secreto y están malditos, pero en cuanto a ti, hijo mío, el
Señor de los espíritus sabe que eres puro, y sin culpa ni reproche al respecto
de los secretos.
Él ha destinado tu nombre entre los santos y te preservará entre los que viven
sobre la tierra. Él ha destinado tu linaje para la realeza y para grandes
honores y de tu semilla brotará una fuente de justos y de santos innumerables,
por siempre.
Comentarios