PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO
Es altamente notorio, como este texto ratifica, que el documento es original, verdadero y válido. Lo escrito acá concuerda con las Sagradas Escrituras, en cuanto a que pone en evidencia la obra de los poderosos descendientes de los ángeles caídos, y la contundente victoria del Hijo de Dios sobre estos y sobre los satánes.
Debemos poner atención en cuanto a que en este momento que
ve Enoc, ya no hay prohibición de alimentarse de la fuente de la sabiduría,
como sí les fue prohibido a Adán.
Por el contrario, en este momento la sabiduría convive al
lado de la justicia, y esto es congruente con la verdad. Vemos acá como los que
aquí están, se han llenado de sabiduría y, sin embargo, no hacen mal uso de ella como si lo hicieron los ángeles caídos, quienes condujeron a la pareja inicial
a hacer lo malo, una vez que recibieron sabiduría, luego de comer del árbol
prohibido.
Enoc pudo ver al Hijo del hombre el cual es el Señor
Yahshúa, y escuchó cuando fue mencionado su Nombre, y testifica Enoc que Él fue
mencionado desde antes que todas las cosas fuesen hechas.
También anuncia la gloria que tendrá el Señor Yahshúa, una
vez que todo haya sido resuelto lo cual ocurrirá cuando descienda a este mundo, a gobernar durante mil años.
Y termina diciendo que los elegidos sabrán del Señor, porque
Dios se los revelará.
Escuchemos lo que dice Enoc
En ese lugar vi la fuente de la justicia,
la cual era inagotable, y a su alrededor había muchas fuentes de sabiduría,
todos los sedientos bebían de ellas y se llenaban de sabiduría y habitaban con
los santos, los justos y los elegidos.
En ese momento ese Hijo del Hombre fue
nombrado en presencia del Señor de los espíritus y su nombre ante la Cabeza de
los Días.
Ya antes de que el sol y los signos
fueran creados, antes de que las estrellas del cielo fueran hechas, su nombre
fue pronunciado ante el Señor de los espíritus.
Él será para los justos un bastón en el
que puedan apoyarse y no caer; será luz para las naciones y esperanza para los
que sufren.
Todos los que habitan sobre la tierra se
prosternarán y lo adorarán; alabarán, bendecirán y celebrarán con canciones al
Señor de los espíritus.
Por tal razón ha sido el Elegido y
reservado ante Él, desde antes de la creación del mundo y para siempre.
La sabiduría del Señor de los espíritus
lo ha revelado a los santos y a los justos, porque Él ha preservado el destino
de los justos, porque ellos han odiado y despreciado a este mundo de injusticia
y han odiado todas sus obras y caminos, en el nombre del Señor de los
espíritus, porque por su nombre serán salvados ellos y Él vengará sus vidas.
En estos días los reyes de la tierra y
los poderosos que dominan la tierra tendrán el rostro abatido a causa de la
obra de sus manos, porque del día de la su angustia y aflicción no se salvarán.
Los entregaré en las manos de mis
elegidos, como la paja en el fuego arderán frente la cara de los santos y como
el plomo en el agua serán sumergidos frente a la cara de los justos, así serán
sumergidos frente a la cara de los justos y no se encontrará más rastro de
ellos.
En el día de su aflicción habrá descanso
en la tierra, ante ellos caerán y no se levantarán jamás y nadie estará para
levantarlos, porque han renegado del Señor de los espíritus y su Ungido. ¡Qué
sea bendito el nombre del Señor de los espíritus!
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