EL LIBRO DE ENOC. CAPÍTULOS CUARENTA Y NUEVE Y CINCUENTA
El protagonismo del Ungido, del Elegido de Dios, se hace muy evidente en estos párrafos que copiaremos seguidamente. La justicia de Dios tiene toda la autoridad frente a la injusticia, porque el Señor Yahshúa es la justicia de Dios.
Como escribió
el apóstol Pablo cuando dijo: ahora,
aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley
y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Yahshúa el
Elegido, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia. (Romanos 3.21)
El Señor
Yahshúa cuando resucitó, destruyó el poder que la ley le había dado al pecado,
cuando este se manifestó. La justicia en contra de la injusticia.
También Enoc
nos habla de la salvación que es por el NOMBRE de Dios, porque su NOMBRE tiene
poder y autoridad frente al pecado. Enoc nos dice que el Señor proveerá un
medio de salvación, primero por la obra expiatoria de Su Hijo, peo cuando la
gracia termine se podrá acceder al cobijo de su NOMBRE.
Como escribió
Joel: El sol se convertirá en
tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de
Jehová. Y todo aquel que invocare el nombre de YHWH será salvo; porque en el
monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho YHWH, y entre el
remanente al cual él habrá llamado.
(Joel 2:31,32)
Esto mismo
repitió el apóstol Pablo: Porque no
hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es
rico para con todos los que le invocan; 1porque todo aquel que invocare el
nombre del Señor, será salvo.
(Romanos 10:12,13)
Enoc asegura
esto mismo en el capítulo 50. Escuchemos
Capítulo 49
Porque ante Él, la Sabiduría está brotando
como agua y la Gloria no decae por los siglos de los siglos. Como tiene poder
sobre todos los secretos de justicia, la injusticia desaparecerá como la sombra
y no tendrá refugio, porque el Elegido está de pie ante el Señor de los
espíritus y su gloria permanece por los siglos de los siglos y su poder por
todas las generaciones.
En el habita el
espíritu de la sabiduría, el espíritu que ilumina y da discernimiento, el
espíritu de entendimiento y de poder, el espíritu de quienes han dormido en
justicia.
Él es quien
juzga las cosas secretas y nadie puede pronunciar palabras vanas frente a él,
porque es el Elegido ante el Señor de los espíritus, según su voluntad.
En esos días tendrá lugar un cambio para los
santos y elegidos: la Luz de los Días residirá sobre ellos y la gloria y el
honor virarán hacia los santos. En el día de la aflicción, cuando la desgracia
se acumule sobre los pecadores, los justos triunfarán por el nombre del Señor
de los espíritus y hará que otros testifiquen que pueden arrepentirse y
renunciar a la obra de sus manos.
Ellos no
tendrán ningún mérito en nombre del Señor de los espíritus, sin embargo serán
salvados por su nombre y el Señor de los espíritus tendrá compasión de ellos
porque su misericordia es grande.
Además, Él es
justo en su juicio y en presencia de su Gloria, la injusticia no podrá
mantenerse; en su juicio el que no se arrepienta perecerá ante Él.
"Y desde
ese momento no tendré más misericordia con ellos", dijo el Señor de los
espíritus.
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