PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO 97

Prosigue Enoc anunciando males en contra de los poderosos de la tierra, descendientes de la culebra o a la culebra misma, quienes han estado sobre este planeta durante milenios, y han desatado todo su mal.

Él les llama “pecadores”, porque ciertamente las formas y manifestaciones de pecado entraron a la tierra por causa de la simiente de la serpiente, quienes han hecho la obra que sus padres, los satánes, les enseñaron.

Ahora, Enoc les anuncia que la oración de de los justos será la medida con que serán alcanzados, y que Dios no va a desechar esa oración. Como escribió Lucas: ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? 

Porque esa lectura de Lucas es para el final de los tiempos, momento durante el cual la tierra clamará a Dios por causa de la obra de los poderosos, quienes perseguirán a los justos para destruirles. 

Y estos poderosos, quienes han acumulado riquezas a lo largo de centurias. y se han hecho con las mas hermosas tierras y los mas valiosos castillos en este mundo, aquellos que gozan de privilegios imposibles de calibrar, y que mandan sobre todos los presidentes y dueños de gobiernos, son medidos por la palabra de Enoc, y se les anuncian males y desgracias.

Escuchemos a Enoc

 

Capítulo 97

Creed, oh justos, porque los pecadores serán avergonzados, y perecerán el día de la iniquidad.

Sabed pecadores, que el Más Alto está pendiente de vuestra destrucción, y que los ángeles del cielo se alegran por vuestra perdición.

¿Qué vais a hacer pecadores y a dónde huiréis el día del juicio, cuando escuchéis el murmullo de la oración de los justos?

Os irá como a aquellos contra quienes estas palabras serán un testimonio: "Sois cómplices de pecado".

En esos días la oración de los justos llegará hasta el Señor, y llegarán los días del juicio para vosotros.

Se leerán ante el Santo y el Justo, todas las palabras sobre vuestra injusticia, se os llenará la cara de vergüenza y Él, rechazará toda obra basada en la injusticia.

¡Desgracia para los que estáis en medio del océano o sobre el continente, porque su memoria es funesta para vosotros!

¡Desgracia para vosotros que adquirís el oro y la plata con la injusticia! Decís: "Hemos llegado a ser ricos, a tener fortuna y propiedades, y hemos conseguido lo que hemos deseado; realicemos ahora nuestros proyectos, porque hemos acumulado plata, llenan nuestros depósitos hasta el borde, como agua, y numerosos son nuestros trabajadores".

Como agua se derramarán vuestras quimeras, porque vuestra riqueza no permanecerá, sino que súbitamente volará de vosotros, porque la habéis adquirido con injusticia, y seréis entregados a una gran maldición
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