LOS ESCRITOS DE ENOC Y SU PERTINENCIA. CAPÍTULO 22
PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO
VENTIDOS
ENOC VISITA EL LUGAR ADONDE
VAN A PARAR LOS QUE MUEREN
Este, sin duda, es un lugar
extraordinario. Estamos convencidos que, este lugar, es el Hades, el Seo; es
decir, el lugar de los muertos.
Lo primero que nos dice Enoc,
es que es una montaña de roca dura. Quizá, esto tenga que ver con el material
con el que fueron hechos los ángeles. Debemos recordar que, en el capítulo
anterior, Enoc visitó el lugar adonde están encarcelados los ángeles de menor
jerarquía. Así que este recorrido es, para que Enoc conozca las cárceles
preparadas para los infractores del pacto.
De acuerdo con el segundo
libro de Enoc, los ángeles fueron creados a partir de la roca dura. Recordemos
“…Mandé
que todas las aguas de las regiones inferiores, que están bajo el cielo, se
reunieran en un solo contingente y que sus ondas se secaran. Y así ocurrió. Y
de estas ondas hice piedras duras y grandes. Con las piedras mezclé elemento
árido y a (esta) sequedad la llamé tierra…Entonces lanzaron mis ojos una mirada
a la piedra firme y durísima…Luego hice saltar del pedernal un gran fuego. Y
del fuego creé las formaciones de los ejércitos incorpóreos, diez miríadas de
ángeles, así como sus armas ígneas y sus vestiduras, semejantes a la llama
ardiente…”
Entonces la piedra dura o
roca, que dio origen a los ángeles y que de alguna manera definió el
comportamiento de los ángeles rebeldes, sirve ahora de cárcel a quienes se
comportan con la misma actitud de esos ángeles.
LOS POZOS: El Hades
Luego, Enoc es llevado a un
lugar donde hay pozos que son las habitaciones de los que han muerto. Cada pozo
tiene una significación y un propósito.
Lo principal es que estos
pozos son lugares de reunión, de confluencia de quienes estuvieron vivos y, compartieron
en vida. Esto es interesante, porque quizá en esos pozos revivan las cosas que
hicieron. Si fue bueno, será un revivir para paz, pero si no, será para dolor y
sufrimiento.
El primer pozo: Se puede
deducir por lo que el Santo Ángel de la Presencia, llamado Rafael, le dice a
Enoc que, uno de los pozos (a quien le he dado el nombre de “Primero”, porque
en ese orden fue nombrado) es donde habitan los justos; es decir, los que
fueron justificados por la fe en Yahshúa, el Hijo de DIOS.
Este pozo está separado de los
otros tres. No se unen, ni hay relación entre ellos. Este, presumimos, es un
lugar de paz, porque una fuente de agua viva brota en este lugar. Pero, los
otros tres pozos están separados de este.
Luego, los otros tres pozos
tienen las siguientes condiciones.
El Segundo pozo: A este pozo
acuden quienes al morir, no recibieron ninguna condenación o juicio. En este
punto, debemos recordar que hay dos condicionantes que determinan al tiempo en
la vida y, de cuya resolución depende la eternidad de ellos.
La primera y, obviamente la
mejor de todas es la de la justificación. Pablo escribió a los romanos,
diciendo: Justificados, pues, por la
fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Yahshúa, el Mesías;
por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos
firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y
antes había escrito, por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en el Mesías Yahshúa,
a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para
manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los
pecados pasados.
Siendo justificados por la fe
en Yahshúa, ya no hay condenación, por lo cual su lugar será el del primer
pozo, donde está la fuente de agua de vida.
La otra condicionante es la de
aquellos que han sido condenados en vida. Juan escribió lo siguiente, porque no envió Dios a su Hijo al mundo para
condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree,
no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído
en el Nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación, que la luz vino al
mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran
malas.
Miremos bien que allí dice, ya
han sido condenados. Para algunos, los incrédulos, el juicio ya ha sido dado.
Estos van al pozo de los que han recibido juicio, estando en vida. A este pozo
le di el número cuatro.
Luego está el pozo de aquellos
que, por alguna razón que implica atenuantes no recibieron juicio, ni bueno ni
malo, sino que quedaron a la espera de un juicio posterior. Quizá no fueron
incrédulos, pero tampoco tuvieron la decisión de apoyar a Yahshúa y de
manifestar su fe en él. Quizá estas personas manifestaron amor por los demás,
nunca buscaron el mal de otros, pero no aceptaron al Hijo, no por propósito
sino por descuido. Estos van al pozo de los que recibirán un juicio posterior. A
este llamé el segundo pozo.
Por último, está el tercer pozo.
A este van los que fueron asesinados, sin que ellos tuviesen responsabilidad de
ello. Es decir, acá no entrarían, por ejemplo, aquellos que andando en cosas
malas, como robos, fuesen matados en medio de esa acción. No, este pozo es para
aquellos a quienes les fue cortada su vida, interrumpiendo la oportunidad de
que pudiesen creer en el Señor y, que tal suceso ocurrió de manera casuística,
sin que ellos estuviesen implicados en el evento o tuviesen responsabilidad.
De último he dejado para
comentar, acerca del alma de Abel. Este tema, solo él, da lugar para una
reflexión aparte. Sin embargo, solo mencionaré que tal acusación de Abel en
contra de Caín, será hecha durante el tiempo en que la descendencia de Caín
esté sobre la tierra. Cuando desaparezca, Abel quedará libre de su tormento
acusatorio.
Escuchemos lo que Enoc tiene
que decir.
Desde
allí fui a otra parte, a una montaña de roca dura; había ahí cuatro pozos
profundos, anchos y muy lisos. Y dije: "¡Qué lisos son estos huecos y qué
profundos y oscuros se ven!". En ese momento, Rafael el Vigilante y el
Santo, que estaba conmigo, me respondió diciendo: "Estas cavidades han
sido creadas con el siguiente propósito; que los espíritus de las almas de los
muertos puedan reunirse y que todas las almas de los hijos de los hombres se
reúnan ahí. Así pues esos son los pozos que les servirán de cárcel. Están
hechos para tal cosa, hasta el día en que sean juzgados hasta momento del gran
juicio que se les hará el último día".
Vi
allí al espíritu de un hombre muerto acusando, y su lamento subía hasta el
cielo, gritando y acusando. Entonces pregunté a Rafael el Vigilante y el Santo,
que estaba conmigo: ¿De quién es este espíritu que está acusando que se queja
de tal modo que sube hasta el cielo gritando y acusando?. Me respondió
diciendo: "Este es el espíritu que salió de Abel, a quien su hermano Caín
asesinó; él lo acusa hasta que su semilla sea eliminada de la faz de la tierra
y su semilla desaparezca dl linaje de los hombres".
Entonces
pregunté observando todos los pozos: ¿Por qué están separados unos de otros? Me
respondió diciendo: Esos tres han sido hechos para que los espíritus de los
muertos puedan estar separados. Así una división ha sido hecha para los
espíritus de los justos, en la cual brota una fuente de agua viva.
Y
así ha sido hecha ésta para los pecadores cuando mueren y son sepultados y no
se ha ejecutado juicio contra ellos en vida. Aquí sus espíritus serán colocados
aparte, para esta gran pena, hasta el día del gran juicio y castigados y
atormentados para siempre quienes merecen tal retribución por sus espíritus. Esta
división ha sido separada para quienes presentan su queja y denuncian su
destrucción cuando fueron asesinados en los días de los pecadores. También ha
sido hecha ésta para los espíritus de los hombres que no fueron justos sino
pecadores, para todos los transgresores y los cómplices de la trasgresión; que
en el día del juicio serán afligidos fuera de allí, pero no serán resucitados
desde allí. Entonces bendije al Señor de Majestad y dije: Bendito sea el juicio
de justicia y bendito sea el Señor de Majestad y Justicia que es el Señor del
mundo.
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