PRIMER LIBRO DE ENOC, CAPÍTULOS 17 (completo) Y 18 (del 1 al 5)
Los siguientes capítulos están llenos de un gran misterio. No es posible tener certeza acerca de en cual lugar se halla Enoc, pero podríamos presumir que está en los lugares invisibles al ojo humano; es decir aquellos donde moran los seres superiores.
Asumimos que Enoc está siendo llevado en una especie de tur, con la intención de mostrarle los recintos celestiales. Él ve cosas extraordinarias y, como puede, las describe.
Escuchemos
Después me llevaron a un sitio cuyos habitantes son como el fuego ardiente, pero cuando desean aparecen como humanos.
Me llevaron a la casa de la tempestad, sobre una montaña
cuya cima tocaba el cielo y vi las mansiones de las luminarias y los tesoros de
las estrellas y del trueno, en los extremos del abismo donde están el arco de
fuego, sus flechas y carcaj, la espada de fuego y todos los relámpagos.
Luego me llevaron hasta las aguas de vida y hasta el fuego
del occidente, el que recogió todas las puestas de sol.
Llegué hasta un río de fuego cuyas llamas corren como agua
y desemboca en el gran mar que está al lado del poniente y vi grandes ríos y
llegué a una gran oscuridad y hasta donde ningún ser carnal camina.
Vi las montañas de las tinieblas de invierno y el sitio
hacia donde fluyen todas las aguas del abismo; y vi la desembocadura de todos
los ríos de la tierra y la desembocadura del abismo.
Vi los tesoros de los vientos y vi que con ellos Él ha
adornado toda la creación y los cimientos de la tierra; y vi también la piedra
angular de la tierra y los cuatro vientos que sostienen la tierra y el
firmamento.
Vi como los vientos extienden el velo del cielo en lo alto
y cómo tienen su puesto entre el cielo y la tierra: son las columnas del cielo.
Vi los vientos que hacen girar y que conducen por las
órbitas del sol y de los astros en sus estancias.
Vi los vientos que sostienen las nubes sobre la tierra; vi
los caminos de los ángeles; vi en los confines de la tierra el firmamento en lo
alto.
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