PRIMER LIBRO DE ENOC Y SU PERTINENCIA. CAPÍTULOS 18 Y 19
Enoc está recibiendo un tur que lo está llevando a conocer lugares extraordinarios nunca vistos, ni descritos. Y él, pluma y papel en mano, lo escribe para contarnos acerca de lo que ve.
Enoc tuvo el privilegio de ver “el camino de los ángeles” y
el final de la tierra y de los cielos.
Luego tuvo oportunidad de ver dos “sietes” muy importantes.
Primero ve “las siete montañas” y sus característica y luego ve el lugar adonde
estarán las “siete estrellas“ reprobadas.
Es notorio y sin duda nos dice mucho este número siete,
porque es el número de cabezas que tiene el dragón, que es Satanás y diablo;
relato que aparece en Apocalipsis 12.
El sitio final de la tierra y los cielos es el lugar preparado
para los ángeles rebeldes caídos, conocidos como estrellas y poderes de los
cielos.
Escuchemos lo que tiene que decirnos Enoc y que aparece en
estos textos.
Vi los vientos que sostienen las nubes sobre la tierra; vi
los caminos de los ángeles; vi en los confines de la tierra el firmamento en lo
alto.
Después fui al sur y vi un sitio que ardía día y noche, en
donde se encontraban siete montañas de piedras preciosas, tres del lado
oriental y tres del lado del mediodía. Así, entre las que estaban en el
oriente, una era de piedra multicolor, una de perlas, y la otra de piedras
medicinales; y las que estaban en el sur eran de piedra roja.
La del medio se elevaba hasta el cielo como el trono del
Señor y la parte alta del trono era de zafiro. Yo vi un fuego ardiente, y más
allá de esas montañas está una región
donde termina la gran tierra, y ahí culminan los cielos.
Luego me fue mostrado un profundo abismo entre columnas de
fuego celeste, y vi en él columnas de fuego que descendían al fondo y cuya
altura y profundidad eran inconmensurables; y más allá de este abismo vi un
sitio sobre el cual no se extendía el firmamento, bajo el cual no había tampoco
cimientos de la tierra; sobre el que no había ni agua ni pájaros, sino que era
un lugar desierto y terrible.
Allí vi siete estrellas parecidas a grandes montañas, que
ardían, y cuando pregunté sobre esto, El ángel me dijo: "Este sitio es el
final del cielo y de la tierra; ha llegado a ser la prisión de las estrellas y
de los poderes del cielo. Las estrellas que ruedan sobre el fuego son las que
han transgredido el mandamiento del Señor, desde el comienzo de su ascenso,
porque no han llegado a su debido tiempo; y Él se irritó contra ellas y las ha
encadenado hasta el tiempo de la consumación de su culpa para siempre, en el
año del misterio".
Capítulo 19
1 Después Sariel me dijo: " Aquí estarán los
Vigilantes que se han conectado por su propia cuenta con mujeres. Sus espíritus
asumiendo muy diversas apariencias se han corrompido y han descarriado a los
humanos para que sacrifiquen a demonios y dioses, hasta el día del gran juicio,
en que serán juzgados y encontrarán su final.
2 "En cuanto a sus mujeres, las que fueron seducidas
por los Vigilantes, se volverán sosegadas".
3 Yo Enoc, solo, he visto la visión, el final de todas las
cosas y ningún humano ha visto lo que yo he visto.
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