LA RESURRECCIÓN Y EL ARREBATAMIENTO. (Parte 4)

Otros Eventos que confirman:

1 a los tesalonicenses 4:16, 17 dice: 

“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero”.

Pongamos atención acerca del capítulo 19 de Apocalipsis. Los versos ubicados entre el 1 y el 8 dan cuenta del momento cuando Dios es alabado, por causa de la condenación a la gran ramera. Allí dice: 

“!!Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro;  porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella".

Veamos que a la gran ramera se la acusa de 
A.      Corromper a la tierra con su fornicación. 
B.      Derramar la sangre de los siervos de Dios.

En el capítulo 17 dice: 
Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación”. 
(v. 1,2). 

Dos elementos de interés encontramos acá:
  • A.      Quienes han fornicado con la gran ramera son los reyes de la tierra. 
  • B.      Quienes se han embriagado con el vino de su fornicación son los habitantes de la tierra. 
  • Estos según Ap. 17:8 “…son los que no están escritos desde la fundación del mundo, en el libro de la vida…”
Luego el verso 5 nos muestra como la gran ramera se identifica con “Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra”. De tal manera entonces que Babilonia es la madre de la gran ramera, y también es la fuente generadora de toda inmundicia sobre la tierra.

LA GRAN RAMERA ES LA CULPABLE DE LA MUERTE DE LOS SANTOS: El verso 6 dice: “Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro”. 
Esto ya lo habíamos establecido como conclusión en la parte B, al analizar los versos 1 y 2 de Apocalipsis 19.

DIOS REINA: Ap. 19:6 dice: 
“Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: !!Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!”. 

Esto pone de manifiesto que Dios ha tomado el control en la tierra, pero no el Padre, sino el Hijo.  Esa es la razón de la alabanza. Después de miles de años cuando Satanás había estado sobre la tierra, engañando a las gentes, y poniendo en peligro la salvación de los escogidos, ahora, ¡por fin! ha sido derrotado y Dios Reina sobre la tierra.
Este momento lo relatan Isaías 11 (v.9) y Habacuc 2 (v.4). “porque la tierra será llena del conocimiento del  Señor, como las aguas cubren el mar”.
LA CENA DE LAS BODAS DEL CORDERO: El verso 9 de Apocalipsis 19, dice: “Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero”. Estos son los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.
EL LIBRO DE LA VIDA: Apocalipsis 13:8 dice que los que adorarán a la bestia son aquellos “cuyos nombres no están inscritos en el libro de la vida del Cordero, el cual fue muerto desde el principio del mundo”. Al final de todos los tiempos, justo cuando esta tierra y estos cielos vayan a ser destruidos, los muertos que no fueron parte de la primera resurrección serán juzgados. Su nombre será buscado en el libro de la vida (Ap. 20.12), y al no ser hallados serán arrojados al lago de fuego (Ap. 20:15). 
El Señor anuncia que quienes serán borrados del libro de la vida son aquellos que:
1.       Soporten el tiempo de la prueba de la gran tribulación (Ap. 3.5)
2.       Cambien, disminuyan o añadan a las palabras de la profecía (Ap 22.19)
3.       Quienes hacen abominación, hablan mentira o constituyen una “cosa sucia” (Ap 21.27)
Apocalipsis 21.27 declara que el libro de la vida es del Cordero. Con lo cual queda claro que el Señor mismo es el libro de la Vida.
LA SEGUNDA VENIDA: El primero en salir es el Señor quien viene con ropa teñida en sangre, que no solo habla de Su Preciosa Sangre derramada en el momento de su muerte, sino también de toda la sangre derramada por sus siervos, quienes han sido muertos por la gran ramera.
Él viene acompañado de un mil millonario ejército de ángeles vestidos de lino finísimo, quienes son su séquito.
PERO ANTES DE ESTO: Apocalipsis 14:7 dice: “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,  diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”. La hora del juicio es. Este momento debe corresponder al momento cuando son desatados los ejércitos celestiales y caen sobre la tierra, con toda la ira de Dios en ellos.  Ap. 19 1 dice: “!!Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella”.
Según Lucas 21:25 nos muestra algo de eso: “Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas”. (Lucas 21:25,26). Lo que cuenta Lucas acá es el juicio en contra de los perversos de la tierra, quienes desataron su furia en contra de los santos. Es la ira de Dios en contra de Babilonia la grande, la madre de todas las rameras, y en contra de la gran ramera.
El verso 27 de Lucas 21 nos dice que el Señor regresa después de que las señales en el cielo, comiencen a suceder. Joel 2:30,31 nos dice: ”Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre y fuego, y columnas de humo.  El sol se tornará en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso del Señor”. Pedro quizá confundido por la situación de persecución que vivía la iglesia de aquel momento, hablo de esta escritura tomándola para aquel instante.
Pero la que más se acerca es Apocalipsis 6:12. “Y miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí fue hecho un gran terremoto; y el sol se puso negro como un saco de cilicio, y la luna fue hecha toda como de sangre,  y las estrellas cayeron sobre la tierra; como la higuera echa sus higos cuando es movida de gran viento”.
EL JUICIO PARA LA IGLESIA: Tres ángeles aparecen acá en Ap. 14. El primero anuncia el juicio de Dios; el segundo da a conocer que el evangelio eterno será predicado (este anuncio no es el mismo que ha sido hecho durante la gracia, sino que este anuncia el reino verdadero que ha de ser iplantado sobre la tierra. Esto porque un reino falso fue anunciado por Babilonia. EL tercer ángel anuncia a todo el mundo, que no deben honrar a la bestia sino a Dios.
De tal manera que estos tres anuncios se hacen durante el tiempo del fin, y es para la iglesia, y para todos aquellos que quieran oír. “Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en la frente o en su mano, él también (porque esto está preparado para el diablo, sus demonios y todo aquel que no esté anotado en el libro de la vida) beberá del vino de la ira de Dios. Lo de beber del vino es porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación (Ap. 18. 3)   Si han bebido el vino de Babilonia, entonces beberán del vino de Dios.
LA SIEGA: Apocalipsis 14:14-20 habla del momento del levantamiento. Habrá un levantamiento para honra y otro para deshonra. Recordemos las palabras de 1 de Tesalonicenses 4:16, 17. “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero”. La voz de mando, como ya hemos dicho en estudios anteriores es la voz del Señor Jesús, tal y como dice Juan 5:28: “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz y  los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; pero los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.
Luego es la voz de arcángel. Esto lo encontramos en Apocalipsis 14:15-19 “Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura. Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada.  Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda. Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios”. Esta no es la resurrección, sino el tiempo del arrebatamiento.
Fijémonos en algunas cosas:
1.       que aquel que parece un Hijo de Hombre no viene sobre el caballo blanco como lo presenta Ap. 19, sino que está sentado en una nube, lo cual podría indicar un evento previo. Aún no es la Venida, sino unos momentos antes.
2.       El trigo que es segado aún no se le indica un lugar de destino. Solo se dice que ha sido segado.
3.       Las uvas que son vendimiadas son llevadas al lagar de la ira de Dios. No se indica un lugar aún (por ejemplo el infierno), sino que se llevadas adonde serán pisadas. Al ser pisadas producen vino, el cual se transforma en el vino de la ira de Dios.
EL CIELO SE ABRE: Este es el instante del regreso. El cielo se descorre para permitir la salida del Rey de reyes, y detrás de Él todo su séquito de ángeles. Esta escena la describimos en Apocalipsis 19. El Señor viniendo en los cielos con todo su ejército es visto de los hombres, que se rebelaron en contra de Él. Apocalipsis 6:15 – 17 dice que los poderosos de la tierra se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;  porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?. Pero Apocalipsis 19:19,20 dice: “Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.  Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.
Pero un cos interesante es lo que sucede con las aves de los cielos. “…un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios,  para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes.

Las aves a que se refiere este pasaje son los cientos de miles o millones de santos que ascienden por los cielos en momentos del arrebatamiento. Son los que fueron perseguidos, encarcelado, matados de hambre o de látigo, o les cortaron la cabeza, que habiendo vencido a la bestia son levantados, para encontrarse con el Señor (1 Tes 4:

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