LA QUINTA TROMPETA
EL
PRELUDIO A LAS TRES ÚLTIMAS:
Las tres últimas trompetas también son
denominados como ayes. Miré y oí
volar un águila por en medio del cielo, diciendo a gran voz: “¡Ay, ay, ay de
los que habitan en la tierra, por razón de los demás toques de trompeta que los
tres ángeles aún han de tocar!”
El análisis de la última trompeta, forma
parte del capítulo____ de nuestro manuscrito, “Lo que usted debe saber acerca
del tiempo del fin”. Así que acá hablaremos de las primeras seis. Sin embargo
de primer momento, solo comentaremos de las cinco y las seis.
EL
PRIMER “AY”: LOS CUERPOS CELESTES. LA TROMPETA CINCO.
El primer “ay”, que corresponde a la trompeta cinco, Juan lo describe
de manera muy gráfica. Utiliza, según lo que el conocía para la época, figuras
como langostas, caballos, escorpiones, león, mujer, etc.
No obstante es un evento que aún no ocurre, por lo que las imágenes
de las que habla Juan, no serían tan comunes en estos tiempos. Quizá donde
mejor se acerque a lo que solemos ver en estos tiempos, es cuando dice: Tenían corazas como corazas de hierro. Ap 9.9…Y en sus colas
está su poder para hacer daño a los hombres durante cinco meses. Ap 9.10. El
hierro si se nos parece a algo de uso en nuestros días, por lo que podemos
recibirlo sin problemas. No obstante dejaremos que el texto nos vaya llevando.
La quinta
trompeta inicia hablando de “una estrella que cayó del cielo a la tierra”. Debemos
entender entonces que esta figura sería un ángel, dado que en Ap 12.4 se dice
que Satanás con su cola “arrastraba
la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la
tierra” Estas
estrellas ahora son demonios. No quiero decir que la estrella que vio Juan, sea
uno de los demonios que arrastró Satanás, pero a los ángeles se les llama
estrellas.
Job 38.7 dice
que entre tanto Dios creaba las cosas las estrellas le alababan, y se
regocijaban los hijos de Dios. Esto pareciera corroborar que las estrellas son
los ángeles, sus hijos.
La NVI, en su
comentario de pie de página dice: Aquí la
estrella es un agente divino.
La Reina Valera,
revisión 1995 dice: Estrella:
Probablemente un ángel.
El Comentario
Bíblico Moody: Probablemente la estrella
que cae del cielo, a quien le fue dada la llave del pozo del abismo, sea como
dice Weidner:”un ángel malo, el instrumento de la puesta en ejecución del
propósito de Dio, con respecto al mundo impío”.
Jamieson,
Fergunson y Brown lo relacionan con Satanás.
Mi opinión es
que este no es un demonio o diablo, porque todos los demonios y hasta el mismo
Satanás fueron expulsados de los cielos, para el momento de la resurrección. Un
demonio o diablo no podía estar arriba, en los cielos para ese momento, porque
ya habían sido expulsados. Cuando el Señor resucitó, limpió las cosas celestiales
(Hebreos 9.23) una vez que hubo entrado en el Santuario de Dios, de tal manera
que Satanás cae como un rayo, antes que el Señor Jesús ascienda.
LA EXPULSIÓN DEL DIABLO: Para entender esto debemos tener a
mano Apocalipsis 12. La mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies,
pareciera ser el pueblo de los santos. Esto lo digo porque la mujer huyó al
desierto, donde tiene lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten por
mil doscientos sesenta días.( Los mil doscientos sesenta días corresponden a
los 3 años y 165 días (5 meses y 15 días)
que durará la persecución. Daniel habla de 1290 días, o sea un mes más que
Apocalipsis. Esto correspondería a 3 años, 6 meses y 15 días. (Daniel dice:
Bienaventurado el que llegue a 1335 días, o sea 3 años y 8 meses)).
Es decir quienes serán perseguidos es el
pueblo de los santos, según da testimonio el libro de Apocalipsis y Daniel 7. Como
Juan menciona a una mujer escondiéndose, entonces ella debe representar la
reunión del pueblo de los santos, formado por judíos y cristianos. El dragón
con siete cabezas y diez cuernos es la misma bestia, de la que habla
Apocalipsis 13, y Daniel 7. Entonces este momento del que habla Apocalipsis 12,
es el mismo momento de la gran tribulación.
Sigamos con el
relato. Antes del acontecimiento de la huida de la mujer hacia el desierto, el
dragón se ha venido a la tierra y con él se viene la tercera parte de los
ángeles, para comerse al hijo que va a nacer. Esto sucede una vez que la mujer
ha quedado en cinta, es decir antes de la huida.
La Biblia, como
cuenta el capítulo 2 de Mateo, especialmente el verso 16, nos relata el intento
de asesinar a Jesús, cuando aún era un bebé, cumpliendo así las palabras dichas
aquí. De otros intentos no se sabe, excepto el de la crucifixión.
Después de la
cruz, habiendo pasado 3 días en las partes bajas de la tierra, una vez que el
Señor resucita (y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono), entonces la
mujer huye el desierto.
Según Reina –
Valera, 1960, el verso 7 comienza
diciendo: Después hubo una
gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y
luchaban el dragón y sus ángeles. La versión original en griego para “Después” es Kai que traduce más
correctamente “Y”. De hecho la traducción es “Y hubo una batalla…”. La RV,
1995, dice: “Entonces hubo una batalla…”.
Reina – Valera
1909 dice: “Y fue hecha grande batalla en el cielo…”.
Es importante
tener claro cuando se produce la batalla, porque esto evitaría la confusión. La
conjunción “Y” propuesta por el original deja abierto el tiempo de la batalla,
y no le pone un instante específico. EL adverbio “después” y “entonces”, si lo
hacen.
La posición que
deseo demostrar es, que las escrituras, parecieran dejar claro que el diablo
fue echado de los cielos, junto con sus demonios, antes que Jesús ascendiera
después de resucitar. Y esto pareciera quedar demostrado cuando dice que y su cola
arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la
tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin
de devorar a su hijo tan pronto como naciese. (Apocalipsis 12.4). El
diablo bajo a la tierra con sus ángeles, cuando la mujer quedó en cinta.
La posición de
la conjunción “entonces” podría mas bien ser derivada como una intersección,
que denota que un hecho se origina de otro. La guerra en los cielos se originó
porque Satanás se vino a la tierra, con sus ángeles, a matar al niño recién nacido.
Es decir que cuando Satanás se vino a la tierra, Miguel y los ángeles que le
acompañan, guerrearon contra el diablo y los expulsaron.
El momento del
descenso definitivo de Satanás a la tierra es, antes de la resurrección.
Fijémonos que el verso 10 (según RV1960) dice: Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía:
Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la
autoridad de Su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros
hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios, día y noche.
La voz desde el
cielo está revelando que “ahora ha venido”. EL término en el griego dice: que se podría traducir como “ahora ha llegado”. La salvación,
el poder, el reino de nuestro Dios, y la autoridad de Cristo habían llegado. Y
esto sólo era posible, porque Jesús había subido a los cielos. Como
consecuencia de la autoridad de Cristo, ahora presente en el cielo, ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros
hermanos; el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
Entonces el
diablo fue sacado del cielo, como consecuencia de la autoridad de Cristo, que
tomó al resucitar de la muerte. Es la victoria sobre el pecado y la muerte, lo
que le da la autoridad a Jesús, y con ella logró la expulsión de Satanás de los
cielos.
Ahora bien, ¿Qué
es lo primero que el diablo hace cuando es expulsado de los cielos? Perseguir a
la mujer (v.13), lo cual nos conecta, nuevamente, con el verso 6. El verso 14
dice que la mujer huyó de la serpiente, al desierto, donde será sustentada 3,5
años.
Como hemos
dicho, la mujer corresponde a los santos, tanto judíos como cristianos, y la
huida al desierto hace alusión al Señor Jesús, cuando fue llevado por el
Espíritu a tal lugar, y tuvo su enfrentamiento con el diablo, del cual salió
vencedor. También corresponde a Israel, que anduvo 40 años vagando por el
desierto.
Lo que podemos
presumir es que Satanás bajó desde los cielos a la tierra a matar al hijo,
parido por la mujer. En ese momento, y a causa de esto, Miguel inició una
batalla contra el diablo y logró vencerlo, sacándolo de los cielos. Al
resucitar el Señor, el diablo no tenía más oportunidad de presentar acusación
en contra de los santos, por lo que se le cerró el acceso. Esto lo enfureció y
decidió hacer guerra contra el resto de la descendencia de
ella, los que guardan el mandamiento de Dios, y tienen el testimonio de
Jesucristo. (Ap 12.17)
El Señor mismo
indicó cuando se inició esta confrontación. Él dijo en Mateo 11.12: Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el
reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.
La persecución
en contra de la descendencia inicio en el primer siglo, y terminará justo antes
de que el Señor Jesús, regrese.
EL ÁNGEL QUE DESCIENDE:
En consecuencia,
según lo expuesto hasta ahora, es mi punto de vista, que este ángel no es
ningún demonio, sino que este es uno de los ángeles que tienen función de
iniciadores de eventos. Así como los 4 ángeles que están parados en los 4
vientos (Ap. 9.14, 15), los cuales han de matar a “la tercera parte de los
hombres”. Él ángel de la quinta trompeta
desciende del cielo y se detiene en la
tierra, a cumplir su misión. Aquí recibe la llave del abismo (Ap 9.1).
Al tener la
llave: abrió el pozo
del abismo…” En Gn 1.2l el
abismo contiene las tinieblas, por lo que pudiera pensarse que se refiere al vasto
universo, el cual quedó en oscuridad una vez que hubo la rebelión de Satanás.
En Salmo 33.7 aparecen los abismos guardados en depósitos. En el abismo será
apresado Satanás (Ap. 20:1,2) y desde el abismo surge “La Bestia” (Ap.17.8).
EL ABISMO:
Según una
multitud de versículos al abismo se le asocia con las fuentes de las aguas que
están arriba, pero en otros se le relaciona con las partes de abajo. Por
ejemplo, cuando el diluvio las Escrituras dicen: El día 17 del mes segundo
del año 600 de la vida de Noé, en este día fueron rotas todas las fuentes del
abismo y fueron abiertas las ventanas de los cielos. Y hubo lluvia sobre la
tierra durante cuarenta días y cuarenta noches. (Gn 7.11,12) Luego en el 8.2 añade: Fueron cerradas las fuentes del
abismo y las ventanas de los cielos, y se detuvo la lluvia de los cielos. En otras revisiones, en donde dice
abismo, aparece océano o gran océano.
Otro momento es cuando Faraón
perseguía a Israel. Dios abrió el mar y los abismos los cubrieron;
descendieron como piedra a las profundidades. (Éxodo 15.5)
En el 15.8 dice: Por el soplo de
tu aliento se amontonaron las aguas; las olas se acumularon como un dique; los
abismos se cuajaron en medio del mar.
Cuando Jacob bendice a Josué le desea
que “Bendita de
Jehovah sea su tierra con lo mejor del cielo, con el rocío y con el abismo que
se extiende abajo”. (Deuteronomio
33.13) Esto nos lleva a inferir que hay un abismo arriba, desde donde vinieron
las aguas del diluvio, y hay un abismo abajo que lo forma el gran océano. Si
embargo, en Gn 1.2 el Espíritu de Dios se movía sobre el abismo de abajo, y las
tinieblas estaban en el abismo de arriba.
Esta inferencia parece quedar confirmada
con Job 28.14. Acá están buscando a la sabiduría, por lo que “El abismo dice: No está en mi; y el
mar dijo: Ni conmigo”. De nuevo el
mar y el abismo están relacionados.
Pero como hemos dicho atrás, Satanás
será apresado en el abismo. Y en Job 38 pareciera estar medida la amplitud del
abismo el cual se extiende desde las puertas del Hades, en los profundo del
mar, hasta lo más alto de la atmósfera donde se produce el congelamiento de las
aguas ¿Has andado
escudriñando el abismo? ¿Te han sido descubiertas las puertas de la muerte? (v.38:16,17) ¿De qué vientre salió el hielo? Y la escarcha del
cielo ¿quién la engendró? Las aguas se endurecen a manera de piedra. Y se
congela la faz del abismo. (v.38:28-30).
¿Qué es el abismo, entonces?
Cuando uno piensa en abismo, quizá lo
asocie con precipicio. Es decir un profundo barranco, cuyo fin quizá no sea
posible divisar desde las alturas. Pero si uno ve in precipicio, ubicado en
algún lugar de la tierra, y lo compara con el vasto universo, quizá no le parezca
tan impresionante.
Que tal si salimos de noche de
nuestra casa, y miramos el firmamento ¿No este precipicio mayor que ninguno?
¿No dice la Biblia, que en el principio las tinieblas cubrían la faz del
abismo?
El escenario del principio es aguas y
abismo. El Espíritu de Dios se movía sobre las aguas, y las tinieblas cubrían
el abismo. La RV1995 tiene una interesante aclaratoria: Los antiguos hebreos no poseían un término equivalente el griego,
cosmos. El universo en su totalidad era designado con la expresión el cielo y
la tierra. En el uso de esta expresión, se refleja la costumbre semítica de
abarcar una totalidad, mencionando dos elementos extremos u opuestos (Cfr Gn,
2.9)
La NVI dice: Los cielos y la tierra: Todas las cosas. (Cfr. Is44.24). El uso de los
extremos en hebreo indica la totalidad de algo; en este caso apunta a la
totalidad de la creación.
Con relación a las tinieblas sobre la
faz del abismo, la RV1995 dice: Otra
posible traducción sería: Todo era un mar profundo cubierto de oscuridad. Según
una idea muy difundida entre los pueblos del antiguo oriente, antes de la
creación solo había un caos de tinieblas, que lo cubría todo, como aguas
amenazantes (Cfr. Sal 104.6-9). Por lo tanto una de las acciones del Creador
fue separar las aguas de arriba, de las de abajo, poniendo como línea divisoria
la expansión o bóveda celeste (v.7). De acuerdo con los v.5-9 de este caos
primitivo se formaron los mares, tanto los que están en la superficie, como los
que están debajo de ella (Cfr. Salmo 18.15; Salmo 24.2)
Job 38;8,9 muestra lo que se ha
querido decir: ¿Quién encerró
con puertas el mar, cuando se derramaba saliéndose de su seno, cuando yo le
puse nubes por vestiduras y oscuridad por faja?
¿Sería posible sugerir una
interpretación de Génesis 1.1: En el principio creo Dios todas las cosas, el
Universo?
El Targum Onkelos dice: In the first times the
Lord created the heavens and the earth. And the earth was waste and empty, and
darkness was upon the face of the abyss. Es decir En los primeros
tiempos el Señor creó los cielos y la tierra. La tierra tenía desperdicios y
estaba vacía, y la oscuridad estaba sobre la cara del abismo. Una traducción
más ajustada dice que las tinieblas estaban esparcidas…
El Targum Pseudo
Jonathan dice: En el comienzo Dios creó los cielos y la tierra. La tierra no
tenía forma y vacía, desolada de gente y
vacía de animales. La oscuridad estaba sobre la superficie de la
profundidad (también traduce abismo), y un viento misericordioso de delante de Dios, estuvo soplando sobre la
superficie de las aguas.
Como
consecuencia de los argumentos expuestos, creo que tengo licencia para asumir
que, el abismo abierto por el ángel, es la bóveda celeste y no el lugar de los
muertos, o el infierno.
Los estudiosos
sugieren que las langostas que salen del abismo, son demonios que vienen a
atacar a los hombres. Por ejemplo RV 1995 dice: Abismo, lugar de encierro de espíritus malignos y cita a Ap.1. 20; 8.10
y 20.1
La NVI toma las
langostas en sentido literal, y da ejemplos de devastaciones de langostas.
Moody divaga un
tanto en que pudieran ser un ejército invasor, o espiritual, decantándose por
esto último. Dice estar de acuerdo con Milligan. Es “una gran explosión de
maldad espiritual”.
Jamieson,
Fausset y Brown aseguran que son demonios, y el mismo Satanás.
Sin embargo
algunos detalles parecen sugerir que quizá no sean demonios, sino algo que
actúe sobre el plano de lo físico. La
palabra que algunos traducen como “atormentar”, en griego es que traduce mejor
“torturar”, “perturbar”.
El contenido de
Apocalipsis 9 parece desmentir que sean demonios:
- A las langostas se les da poder en ese momento, sin embargo sabemos
que los demonios siempre han tenido poder, Unos más que otros, según la
jerarquía que Satanás les haya dado.
- Se les manda que no dañen la vegetación. ¿Acaso es compatible a los
seres espirituales, la destrucción de lo natural? ¿Le es permitido a los
demonios, por ejemplo, incendiar un bosque? ¿No sería más bien esto una
actividad propia de los hombres, o de algún elemento de esta naturaleza?
- Hacer daño a los hombres si es una actividad de los demonios, pero
ni exclusiva de ellos. Los hombres también hacen daño a los hombres.
Algunos elementos naturales podrían hacer daño a los hombres, como un
tornado, una lluvia de granizo u algún meteoro.
El elemento más
conflictivo para que sean demonios (o langostas) es su aspecto.
- ¿Demonios como caballos preparados para la guerra?
- Que un demonio tenga corona es factible, ¿pero que tenga cara
humana y cabello de mujer?... Bueno es factible. En el carnaval los demonios se
disfrazan.
- ¿Un demonio con coraza?
Mi
interpretación de este asunto, tiene que ver con la profecía del caos cósmico,
que dijo el Señor Jesús, y aparece en Apocalipsis 6
En Mateo 24,29 dijo
el Señor:
Pero inmediatamente después de la
tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su
resplandor. Las estrellas caerán del cielo y los poderes de los cielos serán sacudidos.
Y
Apocalipsis 6:
Y miré cuando él
abrió el sexto sello, y se produjo un gran terremoto. El sol se puso negro como
tela de cilicio; la luna entera se puso como sangre, 13 y las estrellas del
cielo cayeron sobre la tierra, como una higuera arroja sus higos tardíos cuando
es sacudida por un fuerte viento.
Creo que el
absimo que abrió el ángel es el de arriba, lo cual inicio un evento contenido
en profecía. Los astros que han mantenido un ritmo armónico durante siglos, de
pronto se ven liberados de las leyes físicas, que los han mantenido en esa
armonía. Esto es lo que, en mi opinión, logra el ángel al tomar la llave.
Como veremos en
este desarrollo, el ángel abre la puerta del abismo, es decir las “ventanas de
los cielos” y permite que las fuerzas cósmicas liberen, del profundo e infinito
abismo de la oscuridad del universo, todos los cuerpos celestes que han quedado
contenidos por miles de siglos, pero que ahora por la voluntad de Dios,
entrarán en la tierra.
Sobre este tema
algunos citan a Joel, porque él habla de langostas. En el capítulo 1 Joel habla
de una situación terrible que está viviendo Israel. ¿Ha sucedido algo
semejante en vuestros días, o en los de vuestros padres? (Joel 1.2) En el capítulo 1 Joel muestra a Israel
como un desierto, absolutamente seco y vacío, hasta el punto que la ofrenda vegetal y la libación
han sido quitadas de la casa de vuestro Dios. (Joel 1.13). Esto hace pensar en la abominación
desoladora colocada en el Lugar Santísimo, y al impedimento de continuar con la
ofrenda y el sacrificio (Dn 9.27). Sobre este versículo la rev 1909 de la
Biblia Reina – Valera dice:”…después con la
muchedumbre de las abominaciones, será el desolar; y hasta una entera
consumación…” Quiere decir entonces que el acumulado de las
abominaciones en la tierra, desata el “desolar” La rev 1960 dice: después con la muchedumbre de las
abominaciones, será el desolador… Parece tener un mejor sentido, lo que dice la rev. 1909.
La desolación o el “desolar” vienen
como respuesta de lo alto a las abominaciones sobre la tierra. Es un castigo, o
una retribución como menciona Lucas 21: 22 (venganza) y Pablo, por el acumulado
de las abominaciones. Entendemos entonces, que lo que origina tal desolación
son las abominaciones y sería causada desde arriba, con los cuerpos celestes
que se precipitarán sobre la tierra.
Joel, en ese dramático momento, menciona
al ejército que sorprenderá a los habitantes de la tierra: ¡Tiemblen todos los
habitantes de la tierra, porque viene el día de Jehovah! ¡Día de tinieblas y de
oscuridad, día de nublado y de densa neblina! Como negrura que se despliega
sobre las montañas, es un ejército grande y fuerte. (Joel 2:1,2) El pueblo grande y
fuerte, son los higos que caen a la tierra, del cual hace mención el Señor en
Mateo 24.29, Marcos 13.25.
Si interpretamos bien, el
desastre cósmico viene en el momento en que las abominaciones han llegado al
máximo que Dios puede soportar. Y por causa de tales abominaciones Dios envía
Su ejército celestial, en perfecto orden. Al entrar a la atmósfera, se
incendian debido a la fricción. Joel dice: Delante consume el fuego, y detrás
abrasa la llama. La tierra que antes era como el jardín de Edén será después
como desierto desolado. ¡No habrá quien escape! Joel también ve caballos, o como si lo
fueran; Su aspecto es como el aspecto de caballos, y corren como
gente de a caballo. Juan
dice: El aspecto de
las langostas era semejante a caballos equipados para la guerra. (Ap 9:7)
Joel los compara a carros de guerra: Con estruendo de carros saltan sobre
las cumbres de los montes, con crepitar de llama de fuego que consume la
hojarasca, como pueblo fuerte listo para la batalla (Joel 2:5) y Juan también: El estruendo de
sus alas era como el ruido de carros que con muchos caballos corren a la
batalla (Juan 9:9).
Pareciera que ambos hablan de lo mismo.
Juan dice que el poder lo tienen
en las colas: Tienen
colas semejantes a las de los escorpiones, y aguijones. Y
en sus colas está su poder para hacer daño a los hombres durante cinco meses.
(Apocalipsis 9:10). Considerando que son cuerpos celestes que se inflaman al
entrar en la atmósfera, tiene mucha lógica lo de las colas, ya que la masa de
roca va adelante, y la cola incandescente queda atrás. Juan ve la cola del
meteoro encendida en un fuego descomunal, y piensa que su poder está allí. Pero
Juan ve algo más. Les ve cabello como de mujer, dientes como de león y una
coraza como de hierro. El cabello de mujer podrían ser las llamas que ondean
por causa del viento, que estremece la roca incandescente, a su paso por los
aires. La coraza como de hierro es el enorme cuerpo de la roca, y los dientes
de león, podría sugerir el enorme poder destructivo del impacto, que se engulle
lo que toca.
Juan
dice que a estas “langostas” se les dio
instrucciones que no matasen, sino que atormentasen. Joel dice que “delante de él
tiemblan los pueblos, y palidecen todos los semblantes” (Joel 2.6). Pero Lucas es aún más gráfico. Y en la tierra habrá angustia de las
naciones por la confusión ante el rugido del mar y del oleaje. Los hombres se desmayarán
a causa del terror y de la expectación de las cosas que sobrevendrán al mundo
habitado, porque los poderes de los cielos serán sacudidos. (Lucas 21:25,26)
Recordemos que este tiempo será por causa de las abominaciones de los hombres
que no tienen el sello de Dios en las frentes (Ap 9.4). Ellos tienen el sello
de la bestia. Pero los sellados con el Espíritu Santo (Efesios 1.13) no
sufrirán daño, aunque están en la tierra.
Joel explica lo que
podríamos presumir, que estos meteoros son como los misiles usados en la guerra
de Irak. Conocen su objetivo, y no cambian su rumbo, sino que andan por las
nubes hasta ubicarlo, y luego destruirle. Así dice Joel: Corren como valientes;
como hombres de guerra escalan la muralla. Cada uno sigue su camino, y no
abandonan sus sendas. Ninguno tropieza con su compañero; cada uno va por su
calzada. Aun cayendo a causa de la espada, no rompen su formación en la ciudad.
Van saltando por el muro, corren por las casas, suben por las ventanas y entran
como ladrones.
(Joel 2.7-9) Los cuerpos celestes entrarán en cada ciudad buscando a los
hombres que no tienen el sello de Dios, y destruirán casas, edificios,
fortalezas, pero no los matarán. La muerte habrá huido. En aquellos días los hombres buscarán
la muerte, pero de ninguna manera la hallarán. Anhelarán morir, y la muerte
huirá de ellos. (Apocalipsis
9.6).
EL DÍA DEL SEÑOR: Joel 2 termina con
este planteamiento: Y
Jehová dará su orden delante de su ejército; porque muy grande es su
campamento; fuerte es el que ejecuta su orden; porque grande es el día de
Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo. Lo cual lo ubica en un único
momento histórico. No hay otro como este: El día de Jehová.
Joel nos está diciendo que lo que sucederá en aquel
momento se debe a la llegada del día de la ira de DIOS (en lo sucesivo no usaré
el NOMBRE, por respeto a ÉL) y Sofonías es, quizá, quien mejor lo describe.
Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo; es
amarga la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente. Día de ira
aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día
de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, día de
trompeta y de algazara sobre las ciudades fortificadas, y sobre las altas
torres. Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron
contra Jehová; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como
estiércol. Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de
Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque
ciertamente destrucción apresurada hará de todos los habitantes de la tierra.
¿Podemos
siquiera imaginarnos lo que sucederá? Miles de cuerpos celestes penetrando la
atmósfera, y acercándose a la tierra, a nuestras ciudades, hermosas ciudades
llenas de Satanás, llenas de idolatrías, llenas de muñecos de adoración,
dispuestos a destruir. Imaginemos las inmensas bolas de fuego, moviéndose por
los cielos, a acercándose como los famosos aviones del 11 de septiembre de
2001, en el World Trade Center, hacia los “hermosos” lugares que tanto hemos
admirado. Estas inmensas bolas de piedra, algunas de decenas de metros, otras de
centenas, a gran velocidad, encendidas, impactarán contra los edificios, las
plazas, palacios, catedrales, calles… y destruirá todo. Cambiará el paisaje en
minutos, y sólo quedará fuego, humo y desolación. Ninguna vida quedará, excepto
los que tengan el sello de Dios, el Espíritu Santo, en sus frentes (Ef 1.13).
Dios dice porque hará esto: Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra
Jehová.
Isaías 24
también habla de este momento. La tierra ha
sido profanada por sus habitantes, porque han transgredido las leyes, han
falseado el derecho y han quebrantado el pacto eterno. Por esta causa una maldición ha devorado la
tierra, y los que la habitan son culpables. Por esta causa han disminuido los
habitantes de la tierra, y quedan muy pocos seres humanos.
La devastación será total. Tal parece
que la tierra no ha reflexionado sobre un asunto. Esta tierra es de Dios, y a
Él le pertenece. Pero hemos hecho de ella un teatro; una pantomima de lo que
Dios quiso hacer inicialmente. La tierra ha sido contaminada de pecado e
idolatría, de adulterio y asesinato, de perversión y sodomía. La hemos llenado
de cuanta inmundicia se nos ha ocurrido. Satanás ha engañado a la humanidad, y
el velo está allí puesto, pero todo esto contribuirá al día de la ira. Todas
las cosas hechas sobre la tierra, serán recordadas en aquel día. El religioso y
el que no lo es correrán con la consecuencia, y los hipócritas irán primero. Desde el extremo de la tierra oímos salmos:
“¡Gloria al Justo!” Pero yo dije: ¡Desdichado de mí, desdichado de mí! ¡Ay de
mí! Los traidores han traicionado; los traidores han actuado con gran traición.
A muchos que se llaman a sí
mismos representantes de Dios se las caerá la careta en ese día. No sólo
católicos, sino muchos que se llaman evangélicos serán asaeteados, porque
mintieron a los santos, y les engañaron, llevándoles al infierno. Dicen “¡Gloria al Justo!” pero por dentro están llenos de Satanás, su padre.
El mismo Isaías nos dice que es
lo que acontecerá en la tierra, que producirá tal estado de caos: Y acontecerá que el que huyere de la
voz del terror caerá en el foso; y el que saliere de en medio del foso será
preso en la red; porque de lo alto se abrirán ventanas, y temblarán los
cimientos de la tierra. ¡Esto es! Se abrirán las ventanas de los cielos; es decir será abierto el
abismo que dejará salir sus langostas. Este magno evento, es conocido como el
día de la ira de Dios. Recordemos la cita mencionada atrás, que habla del
momento del diluvio, y las Escrituras mencionan “las ventanas de los cielos”.
Fijémonos que las coincidencias abundan. Según
Daniel 9, el desolador vendrá cuando sean acumuladas abominaciones. Asimismo
Isaías dice que las ventanas serán abiertas, por el mal desatado ¿Y qué le
sucederá a la tierra? Será quebrantada del todo la tierra, enteramente desmenuzada será la
tierra, en gran manera será la tierra conmovida. Temblará la tierra como
un ebrio, y será removida como una choza; y se agravará sobre ella su pecado, y
caerá, y nunca más se levantará.
Amos es otro de los profetas que
habla acerca del día de Dios. En 5.18.20 dice: Ay de los que anhelan el día de
Jehovah! ¿Para qué queréis este día de Jehovah? Será día de tinieblas, y no de
luz. Será como el que huye de un león y
choca con un oso; entra en casa y apoya su mano en la pared, y le muerde una
serpiente. ¿No será el día de Jehovah para él tinieblas y no luz, oscuridad y
no resplandor? Y más
adelante añade: Jehovah ha
jurado por la gloria de Jacob: “¡No me olvidaré jamás de todas las cosas que
han hecho! ¿No temblará la tierra por esto?¿No harán duelo todos sus
habitantes? Subirá toda como el río Nilo; se agitará y mermará como el Nilo de
Egipto. Sucederá en aquel día, dice
el Señor Jehovah, que haré que el sol se oculte al medio día; y en pleno día haré
que la tierra sea cubierta de tinieblas. Convertiré vuestras fiestas en
duelo y todas vuestras canciones en cantos fúnebres. Haré que todos los lomos
se cubran de luto, y que se rapen todas las cabezas. Traeré a ella duelo como
por hijo único, y su final será un día de amargura.
LA LUNA Y EL SOL: Termina diciendo Isaías
26: Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y
en prisión quedarán encerrados, y serán
castigados después de muchos días. La luna se avergonzará, y el sol se
confundirá, cuando Jehová de los ejércitos reine en el monte de Sion y en
Jerusalén, y delante de sus ancianos sea glorioso. La luna y el sol
tienen un gran protagonismo, en el día de la ira de Dios. En la misma línea de
estudio que venimos haciendo, citando a Joel 2, invocaremos las líneas finales
que dicen: El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que
venga el día grande y espantoso de Jehová.
Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en
el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre
el remanente al cual él habrá llamado.
Y en el Nuevo Testamento. Mateo 24 dice: E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se
oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del
cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Marcos
13: Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se
oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del
cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas.
Apocalipsis 6, añade: Miré cuando
abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso
negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las
estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus
higos cuando es sacudida por un fuerte viento.
Sobre esto Lucas 21 dice: Entonces habrá señales en
el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las
gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo
los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la
tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. (v.
25,26)
Estos eventos cósmicos preceden a la venida del Señor Jesús, para
poner orden sobre una tierra devastada.
Hageo escribió acerca de este
momento. En 2.6 dice: No temáis, porque así ha dicho Jehovah de los Ejércitos:
Dentro de poco yo estremeceré los cielos y la tierra, el mar y la parte
seca. Estremeceré todas las naciones, y
vendrá el Deseado de las naciones. Este profeta es claro cuando afirma que el Deseado de las naciones (que
es Jesús) regresará después del día de la ira de Dios.
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