PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO OCHENTA Y DOS
En este extenso capítulo, se nos presenta a Enoc hablándole a su hijo Matusalén, acerca de los libros que él preparó para la humanidad. Le exhorta a que enseñe acerca de ellos a todos sus hijos, y a toda su descendencia. Acá Enoc enfoca su enseñanza en las luminarias y los ángeles que gobiernen sus movimientos, y el efecto que esto produce sobre la tierra. Escuchemos a Enoc Hijo mío, Matusalén, ahora te estoy contando y escribiendo todas estas cosas; te he manifestado todo, y te he dado los libros concernientes a ellas; preserva hijo mío, Matusalén, el libro de la mano de tu padre, y entrégalo a las generaciones del mundo. Te he dado sabiduría a ti y a tus hijos, para que ellos la entreguen a sus hijos por generaciones, sabiduría que está por encima de sus pensamientos. Aquellos que la comprendan no dormirán, sino que prestarán oído para que puedan aprender esta sabiduría, y a quienes la coman, ella le gustará más que un alimento exquisito. Dichosos todos ...