PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA

Este capítulo consta de solo tres versículos, pero muy interesantes y reveladores. Sabemos, porque los Sagrados Escritos nos lo han enseñado, que el Hijo de Dios es realmente el Verbo de Dios que ha encarnado.

Es decir, que el Hijo fue en algún momento la Palabra de Dios, el Logo de Dios, que salía de su boca. Y cuando Dios estaba creando todo, ese Logos, ese Verbo estaba en plena y perfecta ejecución.

Y es precisamente esta palabra. El Logos, la que es usada en Apocalipsis 19.13 y también en Juan 1.1, que nuestras traducciones nos dicen que es Verbo. Realmente el término es “Logos”.

Así pues, cuando en Génesis 1, se nos narra la creación de Dios, lo que encontramos allí es al Logos en plena ejecución.

Y esto se ve confirmado cuando Pablo dice: Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Colosenses 1:16

Y, según Apocalipsis 19, cuando el Señor regrese, Su Nombre será cambiado, y se conocerá como “El Logo de Dios”. Así dice: Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12 Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL LOGO DE DIOS.

Por otra parte, sabemos que en los primeros tiempos, hasta su Segunda Venida, el Nombre del Señor ha sido un hermoso nombre, que revela la gracia salvadora de Dios Padre; Yahshúa.

Este Nombre habla por sí mismo y nos dice que Dios Salva. Eso es lo que dice el Nombre. Pero una vez que los santos sean levantados y ascendidos a los cielos, rescatados de las manos de destrucción de los satánes, los ángeles caídos y su descendencia, Dios habrá cumplido su promesa de salvación y rescate, contenida en el Nombre Santo del Señor.

Nos dice Enoc, que ese Nombre será levantado de la tierra y ya no estará más entre los hombres. Así que, por lo que dice Apocalipsis 19, el nombre que tomará el Señor es el “Logo de Dios”.

Escuchemos a Enoc.  

1 Y sucedió después esto, que su nombre fue elevado en vida, arriba, hacia este Hijo del hombre y hacia el Señor de los espíritus, lejos de los que viven en la tierra; y fue elevado sobre el carro del espíritu, y el nombre desapareció de entre ellos.

Desde ese día no fui contado más entre ellos, y Él me hizo sentar entre dos regiones, entre el norte y el occidente, allí donde los ángeles habían tomado cuerdas para medir para mí el lugar para los elegidos y los justos. Allí vi a los primeros padres, y a los justos que desde el comienzo habitan en ese lugar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL PROBLEMA CON GÉNESIS 4:1

EL SEXTO SELLO:

EL PRIMER LIBRO DE ENOC. Capítulo Cuarenta y siete