PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA Y DOS
Desde el capítulo uno hasta el setenta y uno, Enoc nos muestra lo que ha sucedido sobre la tierra y anuncia lo que habrá de ocurrir sobre ésta, que culmina con la exaltación del Glorioso Hijo del hombre, el vástago unigénito de Dios, el Señor Yahshúa. Todo lo acá contado es fidedigno y encaja exactamente con lo dicho en los Sagrados Escritos y, de hecho, algo de lo escrito en ellos, es copiado de este libro. En este extraño, pero muy interesante capítulo Enoc nos va a contar lo que le fue contado por el Ángel Uriel y que, también, él observó en cuanto al comportamiento de los grandes astros. Nos habla del lugar desde donde aparece el sol y aquel por el cual se esconde. Lo interesante acá es que Enoc nos cuento que es el sol el que se desplaza y no la tierra. Vamos a tratar este capítulo en varias porciones, dado lo extenso y a veces complejo, que se vuelve. Enoc dice claramente que hay un libro que determina el movimiento de lo que él llama “las luminarias” y de hecho los Sagrado