LA CONVERSIÓN DE ISRAEL:


 Hasta ahora Israel, como nación, se mantiene en el primer pacto hecho por Dios con Abraham, habiendo desconocido a Jesús como su Señor. El mismo Jesús les dijo: !!Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados!!!Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste! He aquí vuestra casa os es dejada desierta.  Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor (Mateo23:37-39). . Es decir el Señor Jesús les dejo muy claro que la próxima vez que Le vieran, sería cuando estuviesen en capacidad de reconocerle como el enviado de Dios Padre.
El amor de Dios por Israel es tan grande que no les va a dejar fuera de sus bendiciones, y de la vida eterna que Él preparó. Pablo se hizo esta pregunta: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? (Romanos 11:1). Y luego el mismo responde diciendo: En ninguna maneraNo ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. Esta es la verdad, que Dios no ha desechado a su pueblo de origen, que es Israel, de donde vino Jesús. Sin embargo la mismo Biblia asegura que fue Dios mismo quien les motivó esta actitud; digo la de no reconocer a Jesús…como está escrito: Dios les dio espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy. Tendríamos que hacernos, entonces, la pregunta: ¿Y por que Dios hizo esto? Muy sencillo con la venida de Jesús, se abrió un camino nuevo al cielo, y el que le reconociera sería salvo. Si Israel hubiese creído, todo habría terminado, Israel sería salvo, pero el resto del mundo se hubiese perdido. Miles de millones estarían en el infierno. Pero Dios dejó un espacio en el tiempo, para que todas las personas que Le aman, pudiesen entrar. El Señor advirtió acerca de esto cuando dijo: También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. (Juan10:15-17) Ese rebaño al que se refería el Señor era, o lo constituían, los gentiles. Pablo se extendió un poco más cuando dijo: Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas,  para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz. (Efesios 2:13-15). El Señor no dejó a los gentiles sin salvación y Pablo dijo esto: Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su trasgresión vino la salvación a los gentiles. (Romanos 11:11) y luego añade la declaración mas contundente de todas: Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo… (Romanos 11:25,26). Es decir, el espacio en el tiempo que Dios abrió, fue para dejar entrar a los gentiles. La totalidad de gentiles que han de entrar. Luego que los gentiles hayan entrado, Israel será salvo.
¿Cómo sucederá esto? Porque hasta ahora Israel ha permanecido duro de corazón en contra de Jesús, a quien le dan los más terribles adjetivos.  ¿Qué sucederá que hará que Israel se vuelva hacia Jesús? La respuesta es la guerra que se desatará contra ellos, de la cual hablamos al comienzo, que está profetizada y que en no mucho tiempo ha de suceder. Tal será la crueldad desatada desde los países vecinos en contra de Israel, que en su desesperación verán a Jesús. Pero no será una visión espiritual, sino absolutamente literal, es decir en la carne. La guerra contra Israel se agravará con la llegada del hombre de mega maldad, al que llaman el anticristo, el hijo de perdición, el hombre de pecado. El sitio a Jerusalén será una de las cosas más ominosas conocidas. La toma de Jerusalén implicará que lo tradicional será eliminado; todas las formas de vida de Israel que han sido traídas de generaciones serán eliminadas, de una vez. El culto que los hebreos han desarrollado para honrar a JHWH, no podrán continuarlo. Joel habla de esto: Desapareció de la casa de Jehová la ofrenda y la libación; los sacerdotes ministros de Jehová están de duelo…Ceñíos y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libación. (Joel 2:9,13). Daniel habla de esto: a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. (Daniel 9:27). Pero no conforme con esto introducirán lo que la Biblia llama la abominación desoladora. Pensamos que esta abominación desoladora será una estatua de Baphomet, o algo así. Recordemos que un hecho paralelo sucedió en el año 70 con la invasión del ejercito romano comandado por el general Tito, quien habiendo entrado en Jerusalén, la asoló, entró en el templo y colocó allí una estatua de los dioses griegos, por orden de Antíoco Epífanes, a la sazón emperador romano para la época. Este hombre tiene la tipología del hijo de perdición. Baphomet es la representación de Satanás más conocida, que consta de un macho cabrío, con cuernos pronunciados, sentado sobre un trono. El Señor alertó sobre este momento cuando dijo: Pero cuando veáis la abominación desoladora  de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa. Mas!!Ay de las que estén encinta, y de las que críen en aquellos días! Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno; porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá (Marcos 13:14-19). Daniel dice que el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. Este príncipe será el hijo de perdición, el cual sucumbirá con inundación. Este verso dice que las devastaciones serán hasta el final de la guerra, lo cual implica que solo poniendo fin a la guerra, se terminará con los desmanes hechos por este hombre.
Así será como Israel creerá en el Mesías que les fue enviado hace 2016 años atrás. ¿Qué es lo que sucederá? Veamos. Cuando los excesos del anticristo lleguen a su máxima expresión sucederá esto: Un gran terremoto sacudirá la tierra. Luego el sol se oscurecerá y la luna se volverá roja, como de sangre. Luego una lluvia de cuerpos celestes, de diversos tamaños, caerán sobre la tierra causando grandes destrozos. El mar se agitará y las grandes olas invadirán los continentes, arrasando con ciudades enteras, y borrando por completo las islas de los mapas. Una nueva conformación de continentes habrá en la tierra. Sobre esto escribió Lucas: y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas (Lucas 21: 25,26). Después de esto dice Apocalipsis 6: 14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. Aunque Apocalipsis usa el término desvanecer, Pedro es aún más dramático y dice: Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. (2 Pedro3:9-11). Los cuerpos celestes invadirán la tierra y ardiendo caerán sobre las ciudades, destruyéndolas con fuego. Pero los cielos mismos se quemarán, y entonces desaparecerá el velo que ahora tenemos.
El cielo se desvanecerá debido al fuego que lo azotará. En ese momento toda la verdad de Dios podrá ser vista. Todo lo hasta ahora oculto será manifestado, y se podrá ver a Dios mismo y a Jesús, sentados sus tronos. Esto lo verá Israel. Apocalipsis es tan detallado en esto, que habla de que los poderosos de la tierra, entre ellos seguramente la gente del NOM, verán el rostro de Jesús, como Cordero, enojado hasta el extremo, Ellos querrán esconderse y hasta morir, pero no podrán. Esto dice Apocalipsis: Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos  del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie. (Apocalipsis 6:15-17) Todo el mundo podrá ver esto, e Israel también le verá. Y dondequiera que haya un judío podrá ver el rostro de Jesús, y le reconocerá como aquel en quien nunca creyeron, pero que vino al mundo a salvarle. Esto es lo que dice Zacarías: Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido. Y la tierra lamentará, cada linaje aparte; los descendientes de la casa de David por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de la casa de Natán por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de la casa de Leví por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de Simei por sí, y sus mujeres por sí;  todos los otros linajes, cada uno por sí, y sus mujeres por sí. (Zacarías 12:10-14)
En ese momento verán a Jesús y creerán que Él fue el enviado de Dios, y entonces dirán: Bendito el que viene en el nombre del Señor (Mateo23:39), porque le verán en la nube viniendo a buscarles junto a la iglesia, los dos rediles que serán uno y tendrán un solo pastor.

LA VENIDA DEL SEÑOR: Justo al momento de creer Israel y convertirse a Jesús será el final. El Señor Jesús dijo: Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca. (Lucas 21: 28). Que Israel crea en el Señor termina el ciclo de la gracia. Ya no habrá para que esperar más, porque los gentiles habrán ocupado su lugar en toda su plenitud, y con la conversión de Israel ya las puertas se preparan para ser cerradas. De la estructura presentada en los evangelios encontramos el orden. Por ejemplo Lucas 21: 26 habla de la situación en la tierra debido a los acontecimientos extremos que ya hemos citado. En la tierra el gobierno del anticristo con su terrible opresión a todos los pueblos del mundo, pero principalmente su persecución a Israel y a la iglesia, y en los cielos sucediendo cosas terribles como nunca vistas. En ese momento dice la Biblia: Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube(D) con poder y gran gloria. (Lucas 21:27). Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes  con gran poder y gloria. Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. (Marcos 13:23-27). E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. (Mateo 24:29-31). 

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL PROBLEMA CON GÉNESIS 4:1

EL SEXTO SELLO:

EL PRIMER LIBRO DE ENOC. Capítulo Cuarenta y siete