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PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO OCHENTA Y NUEVE. PRIMERA PARTE.

  Este capítulo es bastante extenso, de tal manera que lo dividiremos en varias porciones. Primera: Acá Enoc sigue contando su segundo sueño. Él ve como a un toro blanco le fue dada una instrucción, para construir un bote. Sin duda que nos va a contar su singular forma de mirar, lo que sucedió en tiempos del diluvio. Este toro blanco es Noé. Nos revela Enoc que del cielo caían siete chorros, pero también nos dice que el agua venía desde dentro de la tierra. La tierra fue inundada desde arriba, y también desde dentro. Dice él que la tierra fue cubierta por las aguas. En los capítulos iniciales, Enoc nos dice que los Nefilín alcanzaban una altura de 3000 codos. Cada codo tiene entre 45 y 52 centímetros. Esto daría una altura de entre 1300 y 1500 metros. El propósito del diluvio fue hacer desaparecer a esta generación de seres extraordinarios, por lo que así podemos comprender la altura que alcanzaron las aguas. Nos cuenta Enoc, que mientras el barco flotaba, los elefantes...

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULOS OCHENTA Y SIETE Y OCHENTA Y OCHO

  Enoc ha venido contándonos en los últimos capítulos estudiados, acerca de sueños que ha tenido, pero donde ha puesto un mayor énfasis es en el último, el cual es muy revelador de lo que ha ocurrido en la tierra, desde los días del Edén. En el capítulo anterior aprendimos que que muchas estrellas descendían y caían del cielo en medio de la primera estrella y eran transformadas en toros ... y vi como todos sacaron su miembro sexual como caballos y montaron las vacas de los toros y todas quedaron preñadas y parieron elefantes, camellos y asnos. En estos capítulos vemos como se instala la violencia y la agresión entre ellos. Pero aún más allá que violencia los elefantes, camellos y asnos que en la realidad son los gigantes, los Nefilín, que nacieron del coito entre ángeles y mujeres de la tierra, comenzaron a comerse   a los humanos, una vez que la carne de animales escaseó. Entonces Enoc vio que seres parecidos a hombres blancos bajaron desde el cielo a poner orden en la ...

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO OCHENTA Y SEIS

Para tener contexto, recordemos que en el capítulo 85 Enoc nos habló de un sueño que tuvo, a través del cual vio representados en toros, a Adam, a Eva, a Caín y a Abel y de último a Set y a toda su descendencia. Adam y Set eran toros blancos. Abel era un toro rojo. Caín era un toro negro. Y Eva era novilla, pero no tenía color. El color blanco representa la línea de Dios y en cambio, el negro, no. Eva, la novilla sin color, parió después de Set a numerosos toros y vacas negros, ninguno blanco. El primer toro (Caín), era negro. El segundo toro (Abel) era rojo. Pero el tercer toro (Set) era blanco, porque se correspondía con la línea de Dios.   En medio de lo que nos presenta el capítulo 85, Enoc continúa contando su sueño.  Nos dice que una estrella bajó del cielo. Esta estrella es un ángel o varios de ellos. Recordemos que el dragón fue expulsado del cielo y enviado a la tierra. Como dijo el Señor: Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo . Lucas 10:...

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO OCHENTA Y CINCO.

En este interesante capítulo, Enoc nos muestra un segundo sueño. Por el relato podemos entender, que Dios le mostró lo que había sucedido con Adam, Eva, Caín y Abel. El primer toro blanco es Adam, la novilla es Eva, el ternero negro es Caín y el ternero rojo es Abel. Adam sale de la tierra, porque de ella fue formado. El ternero negro golpeó al rojo, así como Caín golpeó a Abel y le mató. Enoc no pudo ver más al ternero rojo, porque había sido asesinado. Son interesantes los colores acá presentados. El blanco representa a Dios. Así encontramos que Adam vino de Dios. El negro representa la maldad de Caín, ya que él era hijo de un ángel caído.  El rojo quizá represente el color de la tierra, queriendo decir que Abel no era de la línea santa, pero tampoco del maligno. Ni Caín, ni Abel, son blancos porque no pertenecen a la línea de Dios. Es notorio que la novilla que es Eva, no tiene color. Luego Enoc ve numerosos bueyes “semejantes a Caín” que le seguían. Es su descendencia, ...

PRIMER LIBRO DE ENOC CAPÍTULO OCHENTA Y CUATRO

En este hermoso capítulo Enoc reacciona atemorizado después de haber contado su visión, la cual mostramos en el capítulo previo. Enoc suplica a Dios para que no corte a sus hijos, y les de vida y considere que aunque la carne es la causa de su ira, su misericordia puede hacer que quede salvación sobre la tierra. Escuchemos a Enoc Capítulo 84 Levanté mis manos en justicia y bendije al Santo y al grande, y hablé con el aliento de mi boca y con la lengua de carne, que Dios ha hecho para los hijos de carne del hombre, para que la utilicen al hablar, y les ha dado un aliento, una lengua y una boca para que hablen con ellas. Bendito seas, oh Señor, Rey grande y poderoso en tu grandeza, Rey de reyes, Señor de todo el universo. Tu poder, reinado y grandeza permanecen para siempre; tu dominio por todas las generaciones; los cielos son tu trono eterno, y la tierra el escabel de tus pies por los siglos de los siglos. Porque eres tú quien ha creado y quien gobierna todas las cosas, no h...

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO OCHENTA Y TRES

Acá Enoc le cuenta a Matusalén una grande visión que, en algún momento, tuvo. Esa visión la cual leeremos seguidamente, parece en su narrativa llena de simbología, corresponder al tiempo cuando el ejército del abismo se desordena, y golpea a la tierra durante 5 meses, con 200 millones de piedras. Esto, que lo anunció Joel 2 e Isaías 13, fue confirmado por el Señor y recogido por Mateo (24) y Marcos (13).  Es el tiempo del caos cósmico.   Escuchemos a Enoc Ahora, Matusalén, hijo mío, te manifestaré todas las visiones que he tenido y las recapitularé ante ti. Tuve dos visiones antes de casarme, la una bastante diferente de la otra: la primera cuando aprendía a escribir y la segunda antes de tomar a tu madre. Tuve una visión terrible y al observarla oré al Señor. Yo estaba acostado en la casa de mi abuelo Mahalalel, y vi en una visión cómo el cielo colapsaba, se soltaba y caía sobre la tierra. Cuando cayó sobre la tierra, vi la tierra devorada por un gran abismo, montañas s...

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO OCHENTA Y DOS

  En este extenso capítulo, se nos presenta a Enoc hablándole a su hijo Matusalén,  acerca de los libros que él preparó para la humanidad. Le exhorta a que enseñe acerca de ellos a todos sus hijos, y a toda su descendencia.  Acá Enoc enfoca su enseñanza en las luminarias y los ángeles que gobiernen sus movimientos, y el efecto que esto produce sobre la tierra.  Escuchemos a Enoc Hijo mío, Matusalén, ahora te estoy contando y escribiendo todas estas cosas; te he manifestado todo, y te he dado los libros concernientes a ellas; preserva hijo mío, Matusalén, el libro de la mano de tu padre, y entrégalo a las generaciones del mundo. Te he dado sabiduría a ti y a tus hijos, para que ellos la entreguen a sus hijos por generaciones, sabiduría que está por encima de sus pensamientos. Aquellos que la comprendan no dormirán, sino que prestarán oído para que puedan aprender esta sabiduría, y a quienes la coman, ella le gustará más que un alimento exquisito. Dichosos todos ...