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PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO OCHENTA Y UNO

En esta porción, hallamos a Enoc a quien se le anuncia que ha de regresar con su familia, con su hijo Matusalén, para que enseñe acerca de todo cuanto ha sido testigo. Pero, antes de eso, se le muestra un libro en el cual están escritos los nombres, de todos los seres que han de nacer sobre la tierra. A estos libros se les llaman tablillas, quizá porque fueron escritos sobre tablas de arcilla, como las de Moisés. Allí aparecen las acciones de toda la humanidad, buenas y malas y, como veremos, éstas definirán al hombre mismo y su naturaleza, así como el lugar adonde irá al final de todo. Porque hay quien muere en justicia, y sobre quien no se ha escrito un libro de injusticias. Peri hay un lamento tácito, sobre quien siendo juzgado, tenga en su contra un libro escrito acerca de sus injusticias. Entonces Enoc fue llevado por siete santos (ángeles) hasta la puerta de su casa, y se le dijo que estaría allí por espacio de un año, y que luego sería nuevamente trasladado a los cielos.

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO OCHENTA.

  En este momento está a punto de terminar el gran viaje de Enoc, y el tiempo de su aprendizaje está finalizando. Enoc conoció todo lo que otro ser humano desconoce, y a él se le dio la virtud de aprenderlo. Con la visita a los astros, culminó todo aprendizaje y Enoc se preparará para regresar a la tierra, para contar todo a sus hijos, y a los hijos de los hombres. En este capítulo 80, se pone final a todas las cosas que Enoc debía aprender, pero se le informa, lo que será después que los hijos de los hombres comiencen a repoblar la tierra, después del diluvio. Recordemos que Enoc es prediluviano, pero en sus días de aprendizaje es muy probable que el diluvio estuviese ocurriendo, o a punto de suceder.   Los días de lo pecadores, que leeremos en este capítulo 80, se refiere al linaje que no se originó en Dios a través de Adán, sino que viene por la obra de los ángeles caídos y, ellos,   son pecadores por naturaleza. Acá, en este capítulo, veremos los planes que Dios tiene para

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA Y NUEVE

Con este sencillo capítulo finaliza el viaje esplendoroso, al que ha sido llevado Enoc por el arcángel Uriel, uno de los santos ángeles que acompañan a Dios, y hacen su obra en santa obediencia y disciplina. Hemos sido testigos de cómo Dios dispuso las leyes de los grandes astros, especialmente el sol y la luna, creados para determinar el día y la noche en el planeta tierra. Uriel le mostró a Enoc como son determinadas las leyes de las estaciones, como consecuencia del movimiento de los grandes astros, los cuales salen y entran por diferentes puertas en el cosmos, seis puertas en el oriente y seis en el occidente. También Uriel le mostró a Enoc, como la luna pierde luz a medida que se mueve en el transcurso de un mes, y que cada mes esto se repite invariablemente.   Asimismo la luna vuelve a recuperar su brillo. Interesante es también, que la pérdida de luminosidad es calibrada. Así pues concluye Uriel este transitar cósmico, con Enoc. Escuchemos: Hijo mío: ya te he enseñad

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA Y OCHO.

  En este capítulo 78, parece que Enoc está hablando con su hijo Matusalén, y está haciendo un resumen conclusivo. Dice que cada estrella tiene mandamiento, así como nos lo ha mostrado con el sol y la luna, en los capítulos previos. Dice que el mandamiento sobre cada astro se cumple invariablemente, y nunca deja de ser, no importa lo que está sucediendo en el cosmos. El mandamiento nunca es interrumpido, o cancelado. La disminución de la luna se refiere a la perdida de luminosidad, que da lugar a las fases que conocemos. Dice que la luna pierde luz en la sexta puerta. El ciclo lunar dura 28 días, con 4 fases de 7 días cada una, y sub fases que quedan incluidas en las anteriores. El mes inicia en cada luna nueva. Según Enoc, el sol hace un giro cada día alrededor de la tierra, al igual que la luna. No obstante, el tiempo de viaje de la luna es inferior al del sol. A lo largo de 1 año y medio, la suma del faltante alcanza 5 días. Escuchemos a Enoc. Y ahora, hijo mío Matusalén

PRMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA Y SIETE

  Enoc está finalizando su recorrido y, culminando su aprendizaje acerca de las luminarias, y del movimiento de estos astros. Nos explica Enoc porque llevan nombre los puntos cardinales. Igualmente nos dice Enoc que el Paraíso de Justicia está en la tierra. También nos cuenta sobre los tres grandes siete. Escuchemos a Enoc. Al oriente lo llaman este, porque es el primero; al sur lo llaman mediodía porque allí habita el Grande y en Él reside el Bendito por siempre. Al gran punto cardinal lo llaman poniente porque allí van las estrellas del cielo, por allí se ponen y por allí se ocultan, por eso lo llaman poniente. Al norte lo llaman así, porque en él se esconden, se reúnen y se vuelven todos los astros del cielo, y se dirigen hacia el oriente de los cielos. Al oriente lo llaman levante, porque desde allí se alzan los cuerpos celestes, y desde allí se levantan. Vi tres secciones de la tierra: una para que en ella habiten los hijos de los hombres, otra para todos los mares

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA Y SEIS

  PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA Y SEIS. En esta porción Enoc nos muestra el efecto de los vientos, sobre las circunstancias que ocurren en este mundo. Dice Enoc que en el cosmos hay doce puertas, por cada una de las cuales entran vientos. Estos vientos tienen la propiedad de causar el bien o el mal. Ocho de las doce puertas dejan entrar vientos de mal, por lo que solo cuatro de las doce, vientos de bien. Según lo que nos muestra Enoc, en el cosmos hay puntos cardinales y las puertas están orientadas de acuerdo a ellos. Sabemos que los vientos son espíritus o viceversa, por lo que asumimos que acá se podría hacer referencia a uno o a lo otro, cuando se menciona al viento. Estos, como dijimos, pueden hacer bien o mal. Dice que cuatro de los vientos (o espíritus) son para la curación de la tierra y nos dice que ellos trae; la lluvia, los frutos, la reanimación, el bienestar, la prosperidad y el rocío. En cambio, por las puertas de daño salen: la destrucción, la sequía,

PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SETENTA Y CINCO

Continúa Enoc la explicación del funcionamiento del cosmos. y las grandes luminarias. Acá se nos muestra cómo funciona la radiación solar, y la presencia de puertas en el cosmos que dan entrada a los rayos solares. Escuchemos a Enoc. Capítulo 75 Los jefes de las cabezas de mil que están encargados de toda la creación, y de todas las estrellas, tienen qué hacer con los cuatro días intercalados, siendo inseparables de su obra de acuerdo con el cómputo del año, tienen que prestar servicio durante cuatro días que no son contabilizados. Por esta causa los hombres se equivocan, pues estas luminarias prestan servicio exactamente a las estaciones del mundo, una por la primera puerta , otra por la tercera, otra por la cuarta y otra por la sexta puerta y la armonía del mundo se cumple en trescientos sesenta y cuatro estaciones. Porque los signos, los tiempos, los años y los días me los mostró Uriel, el Vigilante a quien el Señor de gloria ha encargado de todas las luminarias del cielo