PRIMER LIBRO DE ENOC. CAPÍTULO SESENTA Y OCHO
Estos capítulos del primer libro de Enoc han sido perturbadores, porque hemos entendido la maldad de los ángeles caídos, y hemos visto estupefactos que Dios les ha anunciado castigo y que está pronto a ejecutarlo.
Durante el capítulo 67, pudimos mirar de cerca el lugar preparado para castigar a los poderosos de la tierra. Acá quedan incluidos los que generaron todo este mal; los ángeles rebeldes expulsados de los cielos y enviados a la tierra.
En este capítulo encontramos a dos de los arcángeles santo, Miguel y Rafael, perturbados por el juicio que Dios ha dado con relación a los ángeles rebeldes y el anuncio del castigo que ha sido dado en contra de ellos.
Miguel es, sin duda, el gran guerrero de Dios y es uno de los que está en Su Presencia. Y dice, que no hará ninguna defensa delante de Dios, por los ángeles que se rebelaron y contaron a los habitantes de la tierra, acerca de los secretos de los cielos.
Además, añade que esos secretos revelados se volverán en contra de ellos.
En esta porción es Noé quien continúa hablando. Escuchémosle.
Después de eso, mi abuelo Enoc me dio la explicación de todos los misterios en un libro y en las parábolas que le habían sido dadas y él las reunió para mí en las palabras del Libro de las Parábolas.
Ese día Miguel habló y le dijo a Rafael: "El poder del Espíritu me transporta y me hace estremecer a causa de la severidad del juicio por los secretos y del castigo de los ángeles. ¿Quién podrá soportar la rigurosa sentencia que ha sido ejecutada y frente la cual ellos se deshacen?".
Miguel habló de nuevo y le dijo a Rafael: "¿Existe alguien cuyo corazón no sea tocado por esto y cuyos riñones no se turben por esta sentencia proferida contra aquellos que han sido arrojados?".
Pero sucedió que cuando Miguel llegó ante el Señor de lo espíritus, le dijo a Rafael: "No haré la defensa de ellos a los ojos del Señor, pues el Señor de los espíritus está furioso con ellos, porque se comportaron como si fueran el Señor.
"Por esto, todo lo que es secreto vendrá contra ellos por los siglos de los siglos; pues ni ángel ni humano recibirán su porción, pero ellos han recibido sus sentencia por los siglos de los siglos".
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