EL PRIMER LIBRO DE ENOC. Capítulo Cuarenta y seis
Daniel en el capítulo 7 de su libro menciona lo que él ve y dice: Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia…Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.
Y esto mismo parece ser lo que está observando
Enoc, y que menciona en unos términos bastante semejantes a los que usó Daniel.
Esta parábola, que es la segunda, nos va a
mostrar el parecer de Dios Todopoderoso, relativo a quienes gobiernan el mundo
con su poder y sus riquezas, y que menosprecian la verdad y la justicia.
Enoc vio a Dios, a quien llamó la Cabeza de los
días por el cabello blanco, y también miró junto a Dios al Hijo del hombre, al Señor
Yahshúa. Reconoce Enoc que el Señor Yahshúa es la Justicia de Dios, porque en
él reposa la Verdad.
Enoc escribió con una claridad precisa acerca
de cosas que ocurrirían miles de años después y que están, precisamente, en
este momento en pleno apogeo.
Escuchemos para conocer cual es el plan de Dios
con relación a los poderosos de este mundo, que son los mismos ángeles caídos
junto a su descendencia. Estos son conocidos como los Illuminatis.
Allí vi a alguien que tenía una Cabeza de los Días y su
cabeza era blanca como lana; con Él había otro, cuya figura tenía la apariencia
de un hombre y su cara era llena de gracia como la de los santos ángeles.
Le pregunté al ángel que iba conmigo y que me mostraba
todas las cosas secretas con respecto a este Hijo del Hombre: "¿Quién es
éste, de dónde viene y por qué va con la Cabeza de los Días?".
Me respondió y me
dijo: "Este es el Hijo del Hombre, que posee la justicia y con quien vive
la justicia y que revelará todos los tesoros ocultos, porque el Señor de los
espíritus lo ha escogido y tiene como destino la mayor dignidad ante el Señor
de los espíritus, justamente y por siempre.
"El Hijo del Hombre que has visto, levantará a los
reyes y a los poderosos de sus lechos y a los fuertes de sus tronos; desatará
los frenos de los fuertes y les partirá los dientes a los pecadores; derrocará
a los reyes de sus tronos y reinos, porque ellos no le han ensalzado y alabado
ni reconocieron humildemente de dónde les fue otorgada la realeza.
"Le cambiará la cara a los fuertes llenándolos de
temor; las tinieblas serán su morada y los gusanos su cama, y no tendrán
esperanza de levantarse de esa cama, porque no exaltaron el nombre del Señor de
los espíritus.
"Estos que juzgan a las estrellas del cielo, que
levantan sus manos contra el más Alto, que oprimen la tierra y habitan sobre
ella, cuyas acciones expresan todas injusticia, cuyo poder reside en su
riqueza, cuya confianza está puesta en los dioses que ellos han hecho con sus
manos: ellos niegan el nombre del Señor de los espíritus; ellos persiguen sus
congregaciones y a los fieles, a quienes condenan en nombre del Señor de los
espíritus.
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