YAHSHUA DE NATZARET: EL HAMBRE.

 El Señor, hablando con sus discípulos, les narro acerca de algunos acontecimientos que sobrevendrían en la tierra, cuando se estuviera cerca del final de este estado de cosas que conocemos como mundo. El universo es de DIOS porque fue EL quien lo creo, y de eso (salvo los evolucionistas) no hay posibilidad de argumentación en contra.
Testimonios de aquella conversación fueron recogidos por Marcos y Mateo, y luego recopilados por Lucas, el medico que acompaño a Pablo en su vida misionera. Uno de los acontecimientos numerados fue el hambre. Mateo 24.7 dice: “… se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares”. Marcos 13 escribe más o menos lo mismo: “… hambres y alborotos”. Lucas 21 dice: ”… y en diferentes lugares hambres y pestilencias”.
El profeta Joel hizo una declaración muchos años antes de la aparición del Mesías, donde daba claras señales de estos tiempos de hambre. Este anuncio profético de Joel, contenido en el capítulo 1, narra cómo será la situación en el Yisrael de Dios, durante los días finales. En un extracto de este libro dice: “¿No fue arrebatado el alimento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer de la casa de nuestro Dios?”
Cómo llegaremos a esa situación no está muy claro, pero el anuncio profético ha de cumplirse, y será de un drama nunca visto, al punto que el mismo Señor le llamo Gran Tribulación. El profeta Daniel le llamo “tiempos de angustia”. La hambruna será sobre algunos lugares de la tierra, y será devastadora.  
Da mucha frustración ver el hambre en el rostro de las gentes. Eso duele. Aún está fresco el recuerdo de aquella imagen del niño, en África, a quien se le marcaban las costillas (pero con el abdomen abultado por causa de los parásitos), rodeado de zamuros que esperaban su muerte, porque sabían que ésta estaba cerca. Este continente ha sido duramente golpeado por el hambre. Es duro cuando una mujer joven de ventitantos años, bien vestida y con un niño en sus brazos, se acerca apenada y te pide algo del pan que acabas de comprar para darle de comer a su hijo.
El hambre es difícil entenderla cuando sabemos que hay comida en el mundo. Y la pregunta viene ¿si hay comida, por qué hay hambre? Eso no lo entenderemos a menos que tengamos una visión clara, de la lucha tremenda que aún existe por el control del poder. Esta lucha que se originó hace mucho, mucho tiempo entre un ángel que quiso ocupar el trono del Elohe Yahweh y el mismo Dios no ha terminado.

Este ángel originalmente muy hermoso, devino en un demonio de gran poder, que ha jurado luchar en contra del Único Dios Supremo y de Su Hijo. Esta es la verdad. La devastación que ocasionara esta hambre será de una magnitud impredecible, y más aún cuando irá acompañada de otros acontecimientos tanto o más terribles que ella misma.  

Sabemos que hay una élite que detrás del poder y muy bien camuflada ha preparado este escenario de destrucción. Las escrituras la llaman la bestia, pero el mundo apenas comienza a conocerles. Este grupo esta formado por tres elementos imprescindibles. El poder político formado por las naciones mas poderosas del mundo (EEUU, Alemania, Canadá, Reino Unido, Francia, Rusia, Japon y China), el poder económico que es de la familia Rothschild dueña del 90% de los bancos del mundo y el poder religioso representado por El Vaticano. Otros poderes como el militar subyacen bajo acuerdos internacionales, como es el caso de la OTAN, al servicio de las Naciones Unidas.

El hambre ha sido experimentada en Africa, como ya hemos dicho, y el resultado esta a la vista.
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¿Habremos alcanzado el límite de los tiempos, anunciado por el Señor Yahshua?  Todo parece indicar que sí. Si es así, pronto se nos vendrá encima una situación tan terrible (lea Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21) que no podemos siquiera pensarla o imaginarla. La buena noticia es que junto con esa grande tribulación esta la Parusia o segunda Venida del Señor, y con ella Su Regreso el final.
Es tiempo de prepararse.

  

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