LAS DOS RESURRECCIONES
La Biblia
habla de dos resurrecciones.
Sobre esto el Señor Jesús dijo: No
os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los
sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de
vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación (Juan 2:28 - 29).
El Señor Jesús está hablando acá
de la resurrección. Y está diciendo que habrá dos destinos para los que resucitan:
Unos a resurrección de vida, y otros a resurrección de condenación. En
consecuencia la resurrección no necesariamente significa algo bueno. En todo
caso sea bueno, o sea malo dependerá de uno y no de Dios, porque ya Dios ha
dado las normas.
Daniel 12: 2 dice: “En aquel
tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.
Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos
para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.
En este caso, que expone acá
Daniel, entre los que resuciten unos irán a vida eterna, y otros a vergüenza y
confusión perpetua.
Cuando el Señor venga por segunda
vez, lo hará para buscar a los suyos y por ello voceará, es decir clamará a
gran voz. En el versículo que citamos anteriormente leímos que los que están
en los sepulcros oirán su voz. Como vemos se trata del mismo momento. El
Señor vendrá en las nubes, y hará oír su voz, por lo cual los suyos oirán su
voz.
Entonces dice que los muertos en
Cristo resucitarán primero. Uno podría pensar que la comparación la está
haciendo con los que serán arrebatados. Pero esto no es posible, porque los
arrebatados no resucitarán, sino que ascenderán hacia los cielos, durante el
cual su cuerpo será transformado.
Dice que resucitarán primero,
porque los muertos que no murieron en Cristo resucitarán posteriormente (pero
estos lo harán para condenación).
En las nubes se encontrarán los
que murieron en Cristo, y los que estando vivos fueron arrebatados.
1 Corintios 15:51,52
He aquí os digo un misterio:
No todos dormiremos, pero todos seremos transformados, en un momento, en un
abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, porque se tocará la trompeta, y
los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
No todos dormiremos significa, no
todos moriremos lo cual mantiene la tónica de 1 Tesalonicenses en el sentido de
que en la venida del Señor Jesús no sólo habrá resurrección, sino que también
habrá arrebatamiento. Todo en el mismo momento. Es decir el arrebatamiento y la
resurrección sucederán en el mismo momento.
En la venida de Jesús, los que
estén vivos y sean de él no morirán, sin que ascenderán en las nubes y se
encontrarán con él. En cierta manera el arrebatamiento podría identificarse con
una segunda etapa en la cual participan todos los que son de Cristo. La primera
etapa será la resurrección.
LA TRANSFORMACIÓN:
El acto de la transformación se
hará muy rápido. En un momento, en comparación con la resurrección, que llevará
un poco más de tiempo. La transformación será hecha en la medida que se
asciende a las nubes, al encuentro con el Señor.
Los muertos que resuciten lo
harán con un cuerpo incorruptible, es decir un cuerpo que ni puede ser
degradado con el poder de un mundo sujeto a servidumbre.
En este momento podemos imaginar
los miles de millones que han muerto desde que existe la historia de la
humanidad, y que han sido enterrados. Sus cuerpos han alcanzado el máximo de la
desintegración, quedando sólo los huesos, y la dentadura. Cuerpos que tienen
miles de años enterrados, y que han sido expuestos a la degradación que produce
un mundo contaminado, y contaminante, que agrede hasta destruir.
El día de la resurrección sobre
estos huesos ocurrirá un milagro, comenzarán a llenarse de carne, y tendrán
vida, no importando cuantos años lleva enterrado.
Pero el milagro sería mayor para
aquellos cuerpos que han sido quemados, en los que no siquiera el recuerdo de
los huesos queda. Estos recibirán huesos y carne y tendrán vida.
Y aquellos que no murieron sino
que esperaron en Cristo. Verán la resurrección y se maravillarán, en la
esperanza cumplida. Luego, con una fuerza que no podrán contener verán como sus
cuerpos son levantados, y como, mientras ascienden, sus cuerpos van siendo
transformados, desde la humillación propia de un cuerpo concupiscente a la
gloria de un cuerpo incorruptible como el de Jesús.
Mas nuestra ciudadanía está en
los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el
cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante
al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a
sí mismo todas las cosas. (Filipenses 3:20 – 21).
Apocalipsis 20: 1- 6 también
habla de esto diciendo: Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave
del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente
antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al
abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las
naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado
por un poco de tiempo.
Y vi tronos, y se sentaron
sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa
del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a
la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus
manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no
volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera
resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera
resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán
sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.
Esta escena que dibuja esta
porción de la palabra es justamente el momento en que toda la verdad será revelada,
una vez que el Señor venga en las nubes, y los cielos sean abiertos. El ángel
que desciende del cielo (probablemente Miguel) atrapa a Satanás, y lo
encarcela. Este encarcelamiento durará 1000 años.
LOS RESUCITADOS
En el grupo de los resucitados que
se menciona acá, aparecen los decapitados por causa del testimonio de Jesús y
por la palabra de Dios, y también están los que no adoraron a la bestia, ni a
su imagen, ni recibieron su marca en sus frentes, ni en sus manos. Este grupo
que aparece acá alude inequívocamente a
los que estén durante el gobierno del anticristo (Apocalipsis 13:16,17) y pasen
la gran tribulación, porque es durante el gobierno del anticristo que será
impuesta la marca en la mano y en la frente.
Este grupo tienen necesariamente
que ser los mismos que Juan vio en Apocalipsis 7
Después de esto miré, y he
aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus
y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del
Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación
pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.
Y todos los ángeles estaban en
pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y
se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo:
Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra
y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos.
Amén.
Entonces uno de los ancianos
habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y
de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son
los que han salido de la gran tribulación,
y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del
Cordero.
Por esto están delante del
trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado
sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni
sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que
está en medio del trono los pastoreará,
y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de
los ojos de ellos.
El grupo que ve Juan son los que
han salido de la gran tribulación, lo cual coincide con Apocalipsis 20:1 – 6. Y
sobre estos dice la Biblia que no tendrá poder la segunda muerte, y reinarán
con Cristo durante mil años.
SEGUNDA RESURRECCIÓN: Esto de la
segunda resurrección lo hallamos en Apocalipsis 20:4 - 5. Allí dice: Pero
los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Luego
más adelante añade: Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él,
de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró
para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los
libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la
vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los
libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la
muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados
cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de
fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de
la vida fue lanzado al lago de fuego.
Como vemos acá hay un juicio, y
el que juzga seguramente es el Señor Jesús porque el Padre a nadie juzga, sino
que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al
Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. (Juan 5:22,23).
Estos que son juzgados acá son los impíos, los que murieron en sus pecados. Sobre
estos el juicio ya había sido dado (Mr 16:16) pero en este momento se ratifica
su condenación, por cuanto sus obras eran malas y no estaban escritos en el
libro de la vida.
Estos resucitaron para muerte, y
ésta es llamada la muerte segunda.
No seas parte de esta muerte
segunda, sino de la vida eterna. Para ello tienes que dejar que la vida de Dios
sea en ti, mediante la reconciliación por Cristo Jesús. Vive como oveja, ama a
tus hermanos, ayuda a tu prójimo, bendice al que maldice. Sé como Jesús.
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