APOSTASÍA:
Por cuanto nos interesa este
asunto, por ser un asunto profético descrito en la Palabra de Dios, debemos
estudiarlo y poner mucha atención. En 1 Timoteo 4:1 se nos dice: Pero el
Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la
fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonio. Como el
asunto es para los postreros tiempos nos interesa conocer que ha de pasar.
La palabra apóstata es griega, y
se forma de la raíz “apo” que significa “fuera de” y el término “istemi” que
traduce “colocarse”. Entonces apostasía significa “colocarse fuera de”. En sí
misma, el termino no involucra para nada la religión, de tal manera que sería
necesario añadir algo para completar su significado. Por ejemplo tendríamos que
decir “apóstata de la fe de Jesús” para significar “colocarse
fuera, o salir. de la fe de Jesús”.
La Biblia anuncia una apostasía
para los tiempos postreros, es decir para los tiempos del fin. El término
“apostatar de la fe” es la forma correcta de decir salirse de la fe, término
que lleva implícito (sobrentendido) el “de Jesús”. Algunos apostatarán de la fe
de Jesús. Esta es realmente la única apostasía que importa.
Apostatar de la fe de Jesús,
consiste en tomar la decisión de salirse, de ponerse a un lado, de la oferta de
pacto que Dios nos dio, a través de Su Hijo Jesús. Es menospreciar el favor de
Dios, quien por medio de Su misericordia, nos dio la posibilidad de ser salvos
por el sacrificio de Jesús en la cruz. Pero, más allá de no darle importancia a
este sacrificio, el término implica el desprecio total, el repudio.
Apostatar de la fe es poner a un
lado el enorme sacrificio que hizo el Señor, y los dolores que sufrió en el
tormento de los momentos previos y durante su crucifixión.
Apostatar de la fe de Jesús es
quizá la peor decisión que alguien pueda tomar, porque produce un gran dolor en
el corazón de Dios, y acarrea gravísimas consecuencias para quien lo hace, que
pudieran resultar irreversibles. Repudiar el favor de Dios, despreciar su
misericordia, rechazar su benignidad, es un caso que no tiene vuelta atrás. No
hay perdón para ello. Tomar esa decisión es tener el corazón oscurecido de
incredulidad. Pero no es lo mismo pasar toda la vida siendo un ateo, y luego
creer en Dios, o incluso morir en su incredulidad, que habiendo creído y
conocido a Dios, luego abandonarle, rechazarle y aborrecerle.
Juan habló del pecado que es para
muerte. Él dijo que había pecado que era para muerte, por el cual era
infructuoso pedirle a Dios. EL dijo: Si alguno viere a su hermano cometer
pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que
cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no
digo que se pida. Toda
injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte. (1 Juan 5:15-17). El
Señor Jesús mencionó el pecado que no se perdona. Él dijo: Por tanto os
digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia
contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna
palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra
el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.(Mateo
12:31,32). Hay pecados de pecados, como dijo Juan. Hay posibilidad de
interceder por el pecado de otro, y Dios perdonará. Pero hay pecado que sólo
involucra a quien los comete, llegando inclusive a negar la salvación.
Acerca de la gravedad del pecado
de apostasía tenemos lo que escribió el autor de Hebreos. En el capítulo 10 se nos
da luz acerca de esto. Allí dice: ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá
el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en
la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues
conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y
otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. !!Horrenda cosa es caer en manos del
Dios vivo! En los versículos previos el escritor estimuló el pensamiento de
los débiles de la fe, con palabras como esta: Mantengamos firme, sin
fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y
considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no
dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos;
y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Negar la fe de Jesús es repudio.
Durante el tiempo del inicio de la iglesia, es decir los primeros 300 años,
hubo una persecución desatada por parte del imperio romano, y de los judíos
fieles a Moisés, hacia los primeros
cristianos, formados por judíos convertidos y por gentiles que habían creído.
Durante ese lapso algunos estaban considerando, quizá por las condiciones
impuestas por la persecución de aquellos días, que la fe en Jesús no era algo
cierto, porque nada de lo que les había prometido se había cumplido. Por ello el
escritor de Hebreos dice: Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de
nuestra esperanza. En este caso profesión no tiene que ver con alguna habilidad conseguida por
estudiar, sino se relaciona con una declaración. Lo que Dios prometió lo ha de
cumplir, y esa es la base de nuestra fe.
Lo contrario a la apostasía es la
perseverancia fundamentada en la paciencia, que se sostiene por la fe. El Señor
Jesús enseño reiteradamente que sólo del que persevere es la victoria. Él dijo:
guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus
sinagogas os azotarán; y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por
causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. Mas cuando os entreguen,
no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado
lo que habéis de hablar. Porque no sois vosotros los que habláis, sino el
Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros. El hermano entregará a la
muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los
padres, y los harán morir. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi
nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Cuando os persigan
en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de
recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre.
(Mateo 10: 17-23). Esta palabra involucra tácitamente al tiempo del fin, porque
el Señor dijo: no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes
que venga el Hijo del Hombre. Es decir esta es una palabra profética que
involucra el final. Antes del la venida del Hijo del Hombre Israel, y los
santos que son de la fe de Jesús, serán perseguidos. Buscados serán por todas
partes, para ser encarcelados, torturados, golpeados salvajemente. No recibirán
alimentos. La muerte durante aquellos días reinará, al punto de que morirá las
dos terceras partes de la población del mundo (Zacarías 13:8). Muchos creyentes
huirán de un lado a otros, pero no
importa adonde vayan, siempre estarán huyendo. Muchos apostatarán de la
fe de Jesús, y le negarán, pasándose para el lado de la bestia, a fin de no ser
más perseguidos. Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los
mandamientos de Dios y la fe de Jesús. (Apocalipsis 14:12).
Antecedentes:
La persecución de los
cristianos en la época de la carta de los Hebreos:
Nerón y la persecución a los
cristianos:
Esta situación que vivieron los
cristianos del primer siglo, fue una de las razones por las cuales la apostasía
comenzó a moverse en esa época, y motivó a escribir la carta a los Hebreos.
Casi toda la carta es un esfuerzo a demostrar la obra de Jesús, y el origen
divino de su vida y sus acciones del final.
Las palabras de Hebreos 10 son
fuertes, pero tienen el fin o propósito de hacer reaccionar a los creyentes
para que no abandonaran su fe.
Una exhortación a abandonar la
apostasía:
El final de Hebreos 5, y el
capítulo 6 están escritos en contra de la apostasía. Algunos quizá veían que
nada de lo que hacían valía la pena, y que quizá sus esfuerzos no serían
tomados en cuenta. Por esto el escritor de Hebreos dice: Pero en cuanto a
vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas mejores, y que pertenecen a
la salvación, aunque hablamos así. Porque Dios no es injusto para olvidar
vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo
servido a los santos y sirviéndoles aún. Pero deseamos que cada uno de
vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la
esperanza. El deseo de abandonar la fe, porque no veían que las cosas
prometidas se cumplieran, era la preocupación de muchos de los cristianos del
primer siglo, especialmente de los apóstoles. El hecho de que Dios tarde en
cumplir, no significa que no lo vaya a hacer. Por ello utiliza el ejemplo de
Abraham. Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por
otro mayor, juró por sí mismo, diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia
y te multiplicaré grandemente. Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la
promesa.
En el capítulo 14 de Apocalipsis
se menciona la paciencia que debe caracterizar a los santos, durante el tiempo
del antiCristo. Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca
en su frente o en su mano, él también
beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su
ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del
Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no
tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie
que reciba la marca de su nombre. (Ap 14:9-12) Después de esto dice: Aquí
está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la
fe de Jesús. Tanto en estos tiempos del fin, que serán caracterizados por
una terrible represión, como en los primeros tiempos, los de los primeros 250
años de la era de Cristo, cuando los cristianos eran perseguidos la paciencia
será necesaria para no negar la fe de Jesús. El que niegue la fe de Jesús, es
porque se pasará al bando de la bestia, y de esta manera le adorará,
significando esto que su fin será de tormento y sufrimiento.
El Señor vendrá después de la
apostasía: Esto es lo que dijo Pablo por el Espíritu. Ya él había anunciado
en la primera carta que el Espíritu dice claramente que en los postreros
tiempos algunos apostatarán de la fe, y luego en la segunda carta a los
Tesalonicenses afirma Pero con respecto a la venida de nuestro Señor
Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis
mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu,
ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día
del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin
que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de
perdición, el cual se opone y se
levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se
sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. (2
Tesalonicenses 2: 1-4) La apostasía caracterizará los tiempos del gobierno del
hijo de perdición, que es el mismo gobierno de la bestia que ya mencionamos de
Apocalipsis 14: 9-12).
< Una lectura a II de
Tesalonicenses nos muestra la naturaleza de la situación en la audiencia. En II
Tes 1,4-12 se plantea que la comunidad está sufriendo tribulación. La comunidad
es afirmada «por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y
tribulaciones que soportáis» (1,4). Note cada lector que la tribulación se
presenta en paralelo con la persecución. Este tema ya se había trabajado en 1Ts
2,14-16. Pero ahora la tribulación se ha ligado a la expectativa de la venida
inminente de Cristo, «sois atribulados, daros reposo junto con nosotros, cuando
se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en
llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios ni obedecen
al evangelio de nuestro Señor Jesucristo» (1,7-9).
En 2Ts 2,1-2 se plantea como
enseñanza paulina una escatología inaugurada: “con respecto a la venida de
nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no
os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por
espíritu ni por palabra ni por carta como si fuera nuestra”. La enseñanza
escatológica tiene un talante profético, se fundamenta en cartas paulinas y se
afirma como la enseñanza paulina correcta. De acuerdo a 2Ts 2,1ss el problema
teológico es que, con respecto a la venida de Cristo y la reunión de la
comunidad con el Señor que viene (vea 1Ts 4,13ss), se está corrigiendo una
interpretación sobre la venida de Cristo. La interpretación plantea que “el
Señor ha venido”. La Versión Reina Valera traduce este pasaje “en el sentido de
que el día del Señor está cerca” (2Ts 2,2) . El concepto griego es un verbo en
perfecto que traducimos al español como ha venido. La Versión en lenguaje
sencillo traduce de una forma más apropiada al texto griego, “ya llegó el día
del Señor”.
Parece que esa es la explicación
que la audiencia está dando a sus tribulaciones con las autoridades y la
comunidad social. Esta hostilidad social se ha interpretado como el comienzo
del tiempo del fin (2Ts 1,4-12). Pero el texto presenta un itinerario
apocalíptico de eventos que tienen que suceder previos a la venida de Cristo.
Soares-Prabhu (CBI) hace una lista elementos en este itinerario apocalíptico:
1) Poder maligno 2,7
2) Poder retenedor 2,6
3) Eliminación del retenedor 2,7
4) Parusía del impío 2,3
5) Apostasía 2,9
6) Parusía del Señor 2,8
7) Aniquilación del impío 2,8
8) Juicio 2,12
La función de este itinerario es
cuestionar esta escatología a nombre de experiencia religiosa, o basada en
Pablo mismo como que el día de la venida del Señor ya ha venido en la
tribulación que está sufriendo la comunidad. Con esto II de Tesalonicenses
presenta una escatología apocalíptica pero sin una idea de la inminencia que
había en 1Ts 4,13ss y en otros escritos paulinos. Parece que los discípulos de
Pablo, a través de 2Ts 2 están
corrigiendo tanto la inminencia apocalíptica, como algún tipo de entendimiento
de que los eventos en Jerusalén alrededor del año 70 d. C. eran señales que el
día del Señor había llegado ya.>[3]
La interpretación de los primeros
cristianos de los asuntos que les envolvía, dejaba dudas de si el Señor les
auxiliaría, o de si los había dejado solos, planteamiento este que llevaría a
una renuncia de los compromisos hechos, lo cual sería interpretado como una
apostasía. 2 Tesalonicenses 1:4 y Hebreos 20:33 reconocen las persecuciones a
las que eran sometidos los cristianos, sin embargo esto no les autorizaba la
renuncia a su fidelidad a Dios.
El problema de la parusía tardía:
Asumir que la venida del Señor es posterior a los tiempos de maldad, que el
poder opresor del antiCristo ejercerá en la tierra, no es cosa fácil. Por ello
quizá algunos en la época de 2 Tesalonicenses estaban proclamando, que tal
persecución que sufrían era consecuencia obligada de la venida del Señor, por
cuanto sobre este asunto habían sido enseñados. Recordemos lo que escribió
Pablo: ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía
esto? (2 Tesalonicenses 2:5). Pedro habló de la Parusía demorada en los
siguientes términos: El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen
por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. (2 Pedro3:9). La razón
dice Pedro es que el Señor en Su paciencia está esperando que los pueblos se arrepientan.
Es por SU pura misericordia, y nada más, dice Pedro. Pero el día del Señor
vendrá, determina Pedro en 2 Pedro 3.10, y lo hará sin avisar. Es decir no
es porque quieras apurarlo (el día del Señor), ni porque lo quieras retardar,
sino que vendrá en su momento apropiado. ¿Y cuando será este momento? Cuando el
número de los gentiles sean completado (Romanos 11: 25). La razón verdadera es
que el Señor no ha venido porque los gentiles deben entrar, en un número
considerable. Cuando este número haya sido completado, el Señor vendrá y el
tiempo de gracia habrá terminado.
Esta es la razón por la cual el
antCristo no ha aparecido, Es decir no es como algunos proclaman que es porque
la Iglesia está en la tierra. La iglesia quedará en la tierra cuando el antiCristo
aparezca. La razón es que aún no ha entrado la plenitud de los gentiles. Es
decir el Señor en Su misericordia está dando el tiempo necesario para que todos
entren, y cuando hayan entrado Él vendrá.
La prueba: Algunos de la fe de
Jesús sienten tal temor por los días del fin, generado por los anuncios
proféticos contenidos allí, que han producido una escatología falsa que anuncia
que el Señor Jesús recogerá a su iglesia en un momento previo a la llegada del
antiCristo. Esto sin base bíblica. Tal consideración demuestra un oscuro
conocimiento del carácter de Dios.
La Biblia declara desde el mismo
comienzo de las cosas que Satanás tiene una simiente, es decir una descendencia
que está incluida en el mundo. De un personaje que es desde el origen de los
tiempos, Caín, Juan dijo que era del
maligno. ¿Por qué dijo esto? Quizá porque Caín asesinó a su hermano,
convirtiéndose en el primer delincuente del mundo. Algunos sostienen que algo
más que el pecado de comer del fruto prohibido, sucedió en el huerto del Edén.
En los mismo orígenes se habla de los “hijos de Dios” que se allegaron a las
hijas de los hombre, y les engendraron hijos. ¿Quiénes eran estos hijos de
Dios? ¿Por qué hay una distinción tan evidente entre los hijos de Dios, y las
hijas de los hombres? ¿Por qué Dios vio tanta maldad en los hombres que
habitaban la tierra? ¿Quiénes eran estos de quien Caín temía? ¿De donde salió
la esposa que encontró Caín?
Algunos estudiosos sostienen que
hubo dos momentos de la creación. El primero de ellos se describe en Génesis
1:27 el cual se dice que Y creó Dios al hombre a Su imagen, a imagen de Dios
los creó; varón y hembra los creó. Y el otro momento es el de Génesis 2:7
que dice: Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y
sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
Si observamos con atención lo
descrito en Génesis 1, con lo mencionado en Génesis 2, encontraremos algunas
diferencias. Lo primero que encontramos es el hombre de Génesis 1 fue creado,
en armonía con toda la creación de las cosas allí citadas, en tanto que el
hombre de Génesis 2 es formado. ¿Cuál sería la diferencia entre uno y otro? Tal
parece que la diferencia está en que en el hombre de Génesis 2 hay una
cercanía, una aproximación, de parte de Dios. El hombre de Génesis 1 surge
producto de la palabra dicha de parte de Dios. Entonces dijo Dios: Hagamos
al hombre… mientras que el hombre de Gn2:7 Dios lo modela con sus manos. Él
mismo se preocupa de tomar la arcilla, preparar el barro, darle forma y… soplar
aliento de vida. Se deja constancia de la atención que Dios puso al hacer al
hombre de Gn2:7. lo cual no se ve en el de Gn 1:27.
Otra diferencia es que al hombre
de Gn 1 fue hecho arón y hembra, de una vez, en tanto que al de Gn2:7 fue hecho
hombre solo, y luego del hombre fue sacada la mujer. Esta es una evidencia
notoria, resaltante. En la creación de Gn 1 hubo independencia de ambos géneros
desde el comienzo. En cambio que en la creación de Gn 2, hay unidad por sobre todo. En Gn 2
ambos son uno solo. Es decir en Adán estaba la mujer, y luego fue extraída de
él. Esto no sucede así, o al menos no se ve en Gn 1.
Una nueva diferencia se ve en el
tiempo de la creación de Gn 2. se dice que fue un día. Allí dice: Estos
fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados… el día
que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos. Es posible que en comparación
con la magnitud de toda la creación del Universo entero, que a Dios le llevó 7
días, la minicreación de Gn 2, sólo haya necesitado 1 dia. Por cierto que es
notoria la inversión de los término cielo y tierra de Gn1 y de la primera parte
de este relato, para la colocación de tierra cielo en la segunda parte del
relato.
Otra diferencia muy interesante
está en que la vida vegetal e Gn1 fue producto de la palabra dicha, y una vez
que la palabra fue dicha, estos elementos fueron en la tierra. Después dijo
Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que de semilla, árbol de fruto
que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue
así. En Gn 2 es diferente. Allí dice
que Dios hizo toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba
del campo antes que naciese. Mientras en Gn 1 todo fue hecho por sus dichos y
así era en la tierra, en Gn 2 todo estaba creado pero aún no era en la tierra.
El tratamiento de la parte vegetal en Gn 2 no fue sostenido y sin restricciones
como en Gn 1. La restricción de Gn 2 estaba en que dos árboles de singular
importancia estarían en el huerto del Edén, el árbol del conocimiento de los
bueno y de los malo, y el árbol de la vida.
Este tratamiento especial se ve
en Gn 2. Así como el hombre recibió un tratamiento singular, porque no fue
creado sino formado, las plantas no fueron generadas por el poder creador de la
Palabra de Dios, sino que fueron especialmente plantadas por Él mismo. Dice la palabra de Génesis 2 así: Y Jehová
Dios plantó un huerto en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había
formado. Dios mismo plantó el huerto, Dios mismo sembró las plantas.
Después de esto continua el trato
especial de Dios en este escenario, y habla con el hombre formado y le dice que
de todo árbol del huerto podrá comer, excepto del árbol del conocimiento del
bien y del mal. Hasta aquí todo bien.
Lo que podemos ver y entender,
según el planteamiento hecho, es que hubo dos creaciones, una de una generación
de hombres y mujeres en los orígenes de la vida y que se circunscribe a todo el
mundo, y otra que comprende sólo una región de la tierra, completamente rodeada
por Dios, llamada Edén. Por un lado
había hombres y mujeres independientes que poblaban el resto del mundo, y que
tenían ya un tiempo sobre la tierra, y por otra parte había un para, hombre y
mujer, no independientes sino unitarios, que estaban aislados en un lugar
recóndito del mundo.
El mundo de afuera estaba
constituido por gente mala, cuyo pecado era permanente. Gente a quien Dios
había creado (no formado), pero que Satanás había corrompido con su maldad. Esa
fue la gente que Dios vio y que menciona en Génesis 6:5.
El propósito de Dios era
desarrollar una generación propia, producto de Su Amor, diferente a la corrupta
que habitaba el mundo en ese momento. Por eso Dios formó a Adán con todo su
esfuerzo, y esmero. ÉL mismo lo hizo, y lo aisló. Pero Satanás no tenía
restricciones para entrar en Edén, y lo hizo.
Esto profetizó Ezequiel (28:1-19) acerca de Satanás: Tu eras el sello
de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén, en el
huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura, de cornerina,
topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice, de zafiro, carbunclo, esmeralda y
oro, los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti e
el día de tu creación.
Notemos la frase del profeta: en
el huerto de Dios. Por que tendría que hacer énfasis acerca de que este
huerto le pertenecía a Dios, si de Dios es la tierra y la plenitud. Toda la
tierra fue creada por Dios, de tal manera que distinguir entre porciones no es
interesante, a menos que Dios tuviera algo interesante allí. En ese huerto
estaba el proyecto de Dios con el hombre.
Podríamos decir que este primer
intento de Dios por formar una creación santa, conforme a su imagen y semejanza
fracasó porque el hombre prototipo, Adán, no pudo sostener el mandamiento por
mucho tiempo. SU hijo concebido después de la desobediencia nació marcado con
ese pecado, y su corazón no era bueno. El pecado le había ganado, y así se
convirtió en asesino. Juan dio que Caín era del maligno. Por eso Caín fue
echado del lugar adonde inicialmente.
Adán y Eva fueron echados del
Edén cuando se consumo el pecado. Estando fuera del Edén, quedaron a merced de
la sociedad existente producto de la primera creación, que estaba contaminada
con el pecado. La Biblia no dice adonde fueron a vivir. Lo que si se sabe es,
que cuando Caín fue mandado a ser errante por el mundo tuvo miedo de ser
asesinado por las gentes que ya vivían sobre él.
Posterior a esto Dios decide
destruir todo lo creado (Gn 6:7,8), hombre, mujeres y niños, y aún los animales
y las aves, excepto a 8 personas y a algunos animales escogidos y a todos los
peces. ¿Por qué Dios decidido exterminar a la humanidad? ¿No es acaso bueno
Dios? Si Dios es bueno, pero la humanidad producto de la primera creación no lo
era. Y la contaminación había llegado a la familia escogida, porque los hijos
de Dios se habían allegado a las mujeres de la tierra, y había habido
descendencia. La mezcla de la raza pura de Adán, con la contaminada del mundo,
fue el detonante que determinó que Dios decidiera terminar con todo.
Noé perteneció a la décima
generación, que es la del juicio. De Noe dice La Biblia: Noe, varon justo,
era perfecto en sus generaciones, con Dios caminó Noe. (Génesis 6: 9). Acá
puede notarse la importancia que se le da a la perfección de las generaciones
de Noe. Por cuanto el mundo había sido destruido por causa de la contaminación
existente por el pecado, para Dios era necesario que hubiese un hombre
perfecto, a quien se le pudiese garantizar la encomienda de prolongar la
humanidad. Aunque Noe tuvo tres hijos, es por Sem que se logra la transmisión
generacional. De este personaje se originan varias palabras, entre ellas
semitas, que es el nombre que se le da a los judíos. Pero también la palabra
semen, porque de este emana la vida.
El mundo fue poblado de toda la
descendencia de Noe, y así cada región fue caracterizándose con rasos propios.
De Noe salieron los orientales (asiáticos), los de raza negra, las caucásicos,
los árabes, los europeos y así hasta llegar a los americanos. Sin embargo esta
raza, a poco tiempo ya estaba merida de lleno en el pecado, y la tierra fue
contaminada de nuevo, al punto de que Sodoma y Gomorra fueron destruidas por
completo.
Es en ese momento que encontramos
el segundo intento de Dios por hacer una raza acomodada a sus propósitos. En
este escenario hallamos a Abraham, de quien Dios dijo que por él sería benditas
todas las familias de la tierra.
La descendencia perfecta, es
decir aquella por medio de la cual se dio origen a Jesús, es la que mantiene
las condiciones intactas del propósito de Dios, que inicialmente fue con Adán,
pero que luego continuó con Noe. Esta es la descendencia perfecta: Adán, Set,
Enos, Caina, Mahalael, Jared, Enoc, Matusalén, Lamec, Noe, Sem, Arfaxad,
Cainán, Sala, Heber, Ragau, Serug, Nacor, Taré, Abraham, Isaac, Jacob, Judá,
Fares, Esrom, Aram, Aminadab, Naason, Salmón, Booz, Obed, Isaí, David, Natán
Melea, Eliaquin, Jonan, Jose´, Simeón, Leví, Matat, Jorin, Eliezer, Josué, Er,
Elmodan, Cosan, Adi, Melqui, Neri, Salatiel, Zorobabel, Resa, Joana, Judá, José,
Semei, Matatías, Maat, Nagai, Esli, Nahum, Amos, Matatías, José, Jana, Melqui,
Levi, Matat, Eli y Jose (el esposo de María, quien crió a Jesús). De manera
que, aunque José no intervino para nada en la concepción de Jesús, Dios se
aseguró que el fuese parte del linaje santo, para que se mantuviese el orden
real divino. Jesús sería descendiente de Adán.
Aunque adán pecó Dios mantuvo su
linaje real divino, el forma parte de la familia extendida de Dios. Noe y
Abraham formaron parte de ella. Con Abraham Dios hace un nuevo intento y le
promete darle un descendencia más numerosa que las estrellas mismas. Con
Abraham inicia el linaje semita, la descendencia santa, el pueblo de Israel.
Pero con Abraham se inicia el linaje de la fe. Sin embargo el pueblo judío en cierta
forma también fracasó. Con la salida de Adán del huerto del edén, todo el
linaje estuvo sometido al riesgo de mezclarse con la contaminación del mundo,
producto de la creación de Gn 1, la cual estaba caracterizada por el
individualismo; Hombre y Mujer creados separados. Sin embargo es notable el
deseo de Dios de que esta generación se ubicara geográficamente en un lugar
escogido por Dios que llamaban las tierras de Canaan. Éste fue uno de los hijos
de Cam, hijo de Noe, pero no parte del linaje real divino. Can fue maldito por
Noe.
El culto al dios El era propio de
los pueblos cananeos en el siglo XXII a. C. Luego se difundiría entre asirios y
babilonios. Era la deidad principal, el rey, creador de todas las cosas, el
juez que dictaba lo que debían hacer tanto los hombres como los dioses.
Dadas esas características, para
algunos, El era el apelativo con que se designaba por antonomasia a Dagan (dios
de los cereales).
A su vez era considerado como
padre de Baal. La representación de Baal era también un toro joven (becerro).
En Ugarit el templo de Dagan y el de Baal estaban juntos.
Baal (b’l, dueño o señor) era una
designación general que pasó a constituir la denominación de Hadad, el dios de
las lluvias, convertido en el «dueño» o «señor» por antonomasia en una sociedad
agrícola que vive pendiente de las lluvias para lograr las cosechas. En las
tablas de Ugarit figura también como el esposo (o hijo) de la diosa Asera (la
madre de todos los dioses, la esposa celestial).
Las cartas de Tell el-Amarna
(aproximadamente 1480-1450 a. C.) han aportado los nombres cananeos de Yamir
Dagan y Dagan Takala (gobernantes de Ascalón), lo cual da testimonio de la
antigüedad del culto a Dagan entre los habitantes de Canaán, e introducida en
Egipto en época de los hicsos.
Los antiguos hebreos habían
vivido en Egipto bajo la influencia del culto a El (difundido por los hicsos).
Esos dioses impregnaban la vida del pueblo (según Ezequiel 20:8).
Una vez en su Tierra Prometida,
los hebreos quedaron rodeados de pueblos que adoraban al mismo dios El-Il-Dagan
y a su hijo Baal-Hadad-Hammon.
Los líderes hebreos justificaban
sus guerras de aniquilamiento contra los pueblos vecinos como el único medio
para desechar el culto pagano a «los Baales» para servir al dios único Yahvé
(Jehová), que les permitiría vivir en un ámbito de justicia, verdad, rectitud y
compasión, conceptos que los hebreos aplicaban a sí mismos, mientras afirmaban
que los pueblos cananeos eran mercaderes acostumbrados al engaño para conseguir
riquezas. Por eso afirmaban que IsraEl (el que lucha con[tra] El) debía
aniquilar a los demás pueblos vecinos>[5]
Cuando el Señor le dio
instrucciones a Josué de tomar estas tierras le dijo que todo lo que estaba en
Jericó sería anatema (maldito). Sólo los utensilios de oro, plata, bronce y
hierro furon tomados y consagrados a Dios. De ese pueblo solo Rahab, y su
famila fue salvada. Y así fue con todas las ciudades que tomaron. Fueron
muertos hombres, mujeres y niños. Y toda la obra consagrada a los dioses
paganos fue quemada y destruida. ¿Por qué paso esto? ¿Es que acaso Dios es
injusto? No, Dios no es injusto, sino más bien Él es el Dios de toda usticia.
Los pueblos que habitaban esta zona fueron pueblos dedicados a adorar a Satanás,
mediante los dioses creados por Nimrod en sus tiempos. El mismo Nimrod fue
hecho el dios del sol, y muchos de los objetos que vemos hoy día provienen de
la forma satanista con que Nimrod se rodeó.
Josué pudo tomar el control del a
tierra que Dios le entregó a Abraham, el nuevo lugar geográfico que Dios le dio
a su pueblo, pero aún así no pudo eliminar la idolatría existente. Dios llevó a
su pueblo al creciente fértil para rodearlo, como hizo con Adán en el huerto
del Edén, sin embargo jamás se deshizo del efecto de la creación original.
La última tentativa de Dios por
formar un hombre nuevo, diferente al que le rodea, que pueda mantener el principio
de fidelidad a Dios, y de santidad, que se niegue a la contaminación producida
por el creación original se realizó con Jesús. Esta tentativa se inició con
Abraham por lo que podríamos decir que es la continuación de aquella, pera en
un piso o fase superior.
El fracaso de Adán encontró éxito
en Jesús. Adán fue el primero de la cadena sucesoral del linaje divino, y Jesús
el último, pero fue en Él en quien encontró respuesta. En Jesús se habla de una
nueva creación, porque la antigua, la de Adán queda abolida. Los
sucesivos fracasos del hombre escogido por Dios para desarrollar una creación
santa, terminan con Jesús, en quien es posible vivenciar la experiencia de la nueva
creación.
Sin embargo a pesar del esfuerzo
de Dios de crear un nuevo Edén, esta vez espiritual que ampare a los hijos de
la nueva creación, se ve afectado porque de nuevo Satanás estorba. Esto
lo encontramos en la lectura del trigo y la cizaña. EL trigo es, según la
parábola los hijos del reino, y la cizaña los hijos del maligno. De nuevo, al
igual que en le huerto del edén, el plan de Dios se ve estorbado. El trigo y la
cizaña habitan en el mismo lugar.
En los días del fin se sabrá
quien es trigo, y quien es cizaña. EL trigo y la cizaña serán probados al
extremo. En los días del antiCristo las condiciones de supervivencia serán
extremas, y los que dicen ser parte del reino serán perseguidos, acosados,
acorralados, torturados y asesinados. Las condiciones de exterminio serán
totales. Muchos serán muertos (las dos terceras partes), pero los que queden
serán probados como el oro.
Si alguno dice que es nueva
creación tendrá que demostrarlo, manteniendo su fe en Jesús. Toda esa
generación de seres contaminados con el pecado, que le han servido a Satanás
desde el comienzo Creación de Génesis 1) se pondrán de lado del antiCristo,
pero solo los “verdaderos” quedarán. Los que laven sus vestiduras mediante la
sangre de Cristo, y tengan su testimonio serán vencedores.
Zacarías escribió Levántate,
oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío, dice Jehová de
los ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas; y haré
volver mi mano contra los pequeñitos. Y acontecerá en toda la tierra, dice
Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas
la tercera quedará en ella. Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los
fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El
invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi
Dios. Durante los días del antiCristo morirá mucha gente. Las dos terceras
partes serán asesinadas. Su número sería cercano a unos 5.000.000.000 de
personas. Durante la guerra que será desatada en la tierra (segundo ay)
(Apocalipsis 9:12-21), morirá la tercera parte de la gente. Sólo con la guerra,
pero a esto hay sumarle el hambre, y las epidemias de las cuales habla el
cuarto sello. El resto para completar la otra tercera parte saldría de allí.
Dios fundirá como se funda la
plata, y probará como se prueba el oro a la tercera parte que quede. ¿Por qué
Dios hará esto, si Dios es amor? Dios ciertamente es amor, pero los que habitan
la tierra se han apartado de Él, por lo que es necesario probarles. Los que
deseen entrar a disfrutar de la paz eterna, tendrán que pasar por aflicciones y
tribulaciones. Esto lo dijo Pablo en Hechos 14.22 “Y después de anunciar el
evangelio a aquella ciudad….volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía,
confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en
la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones
entremos en el reino de Dios. Hay algunos que quizá pretendan entrar
fácilmente, sin ninguna complicación, pero esto no será así. Claro está que
aquellos que no quieran sufrir por causa del reino, se plegarán al gobierno del
antiCristo, y le adorarán, negando al Señor Jesús. Estos forman parte de la
bestia. Y ya la marca la llevan en sus frentes.
Para terminar el tema de la
apostasía, quisiera tocar la gran recompensa que tendrán los que perseveren y
mantengan su fe hasta el final. En Apocalipsis 7 se dice de éstos: Después
de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas
naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la
presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y
clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está
sentado en el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor
del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron
sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La
bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el
poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén. Entonces
uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas
blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y
él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado
sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están
delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está
sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán
hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el
Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de
aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos
Cuanto sufrimiento
soportaron!!!... Pero ese mismo sufrimiento les avala. Fíjese lo que dice este
texto. Dios extendió su tienda como señal de aprobación. Él les cobijará por
siempre, y Jesús les pastorerará. Que hermosa promesa no? Es hermosa, pero es
solo para los que soportaron las aflicciones de la gran tribulación. Los que no
quieran pasar por aquí, no recibirán esta bendición. Pero todavía hay algo más.
¿Sabe usted que el envío de las siete últimas plagas está esperando por los
triunfadores de la gran tribulación? Esto es lou dice el capítulo 15 de
Apocalipsis: “Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles
que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de
Dios.Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían
alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su
nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. Y cantan el
cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y
maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son
tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu
nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te
adorarán, porque tus juicios se han manifestado. Después de estas cosas miré, y
he aquí fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio; y del
templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino
limpio y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro. Y
uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro,
llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos. Y el templo se
llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie podía entrar en el
templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles. El capítulo 16 comienza diciendo: Oí una
gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la
tierra las siete copas de la ira de Dios. Como puede ver las copas de la
ira de Dios son derramadas una vez que los santos, que vencieron al gobierno de
la bestia y no se dejaron marcar por ella, ni negaron a Jesús alcanzaron los
cielos y entonaron el cántico de Moisés. Es en ese momento cuando los siete
ángeles son enviados a la tierra, y se desatan los últimos acontecimientos, los
de la ira de Dios.
¿Necesita usted más pruebas? El
Señor espera que usted le sea fiel hasta la muerte, porque aún no habéis
resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado (Hebreos 12:4)
Además recuerde que a los santos se le recuerda porque ellos le han vencido por medio de la sangre
del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas
hasta la muerte. (Apocalipsis 12:11)
Sea fiel a Jesús.
Amén.
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